Las Brigadas Rojas tienen sus cuarteles generales en Francia y Alemania
En los próximos días llegará a Italia toda una documentación del SISDE (los servicios secretos italianos) sobre los movimientos del catedrático Antonio Negri en París, recogida en colaboración del SDECE, el contraespionaje francés. Para coordinar este trabajo se encuentra en París desde hace más de un mes el vicedirector del SISDE, que esta semana volverá a Roma. Por su parte, el juez Calogero ha estado en los últimos meses varias veces en Francia y Alemania. Al parecer, había llegado a la conclusión de que las Brigadas Rojas tenían su sede estratégica en París y la sede técnico-operativa en Alemania. Las pruebas se basarían en miles de llamadas telefónicas interceptadas.En París, el centro estratégico de las Brigadas Rojas podría ser el instituto de idiomas Hyperion, en el centro mismo de la capital francesa. Una información seria sobre esta pista llegó en la noche de ayer de la dirección de este instituto: el presidente de Hyperion es nada menos que Vanni Mulinaris, y dos de sus profesores, Duccio Berio y Corrado Simioni, tres personajes que precisamente en 1969 fueron, con Renato Curcio, los fundadores de las Brigadas Rojas y desaparecidos desde hace tiempo de Italia.
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El juez del "caso Negri" teme que las filtraciones perjudiquen la investigación
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A la «pista» francesa y alemana se ha llegado al parecer a través de las deelaraciones de varios testigos que habían recibido las confesiones de un brigadista «arrepentido» y que contaron todo al juez Calogero. Esto lo ratificó ayer el propio juez.
El juez de Padua está indignado por la filtración de noticias que se están realizando en Roma y que podrían dañar gravemente la delicada máquina que, después de tantos meses de trabajo, ha puesto en marcha, arriesgando el prestigio de toda la Magistratura italiana, por la envergadura del proceso.
En los últimos interrogatorios de Negri, los jueces le han acusado de haber ocultado en su casa a un miembro de las Brigadas Rojas buscado por la policía por homicidio. Negri, por ahora, ha reconocido como suyos sólo algunos documentos de «carácter subversivo». Uno de estos documentos trata, al parecer, de la organización de un partido armado para «destruir el sistema capitalista». Los abogados siguen afirmando que «no existen pruebas convincentes» y que, como mucho, Negri sólo podría ser acusado, por ahora, de «acción subversiva, de incitación a delinquir y de encubrimientó de persona».
La impresión es que los jueces están dando largas al asunto, en espera de que lleguen de París las cintas magnetofónicas recogidas por la policía.
Algunos miembros de Autonomía Obrera, movimiento claramente contrario a la acción militar terrorista de las Brigadas Rojas, han declarado a EL PAÍS que es imposible que Negri sea el jefe de las Brigadas Rojas, ya que siempre se declaró contrario a su estrategia. No cabe duda, han afirmado estos militantes de Autonomía, que la línea ideológica de Negri es claramente favorable a la caída del sistema capitalista a través de una acción de masas que vaya minando las instituciones actuales. Pero una cosa es teorizar sobre la creación de un partido armado de masas y otra aceptar la lógica asesina de las Brigadas Rojas.
Aniversario y atentado
Mientras tanto, Italia celebró ayer el XXXIV aniversario de su liberación con manifestaciones públicas en las principales ciudades del país, en medio de un clima definido como «defensa de la democracia». Los italianos han querido demostrar así, desde el anciano presidente de la República, Sandro Pertini, hasta los ciudadanos más anónimos, que a pesar del clima de violencia que este país está viviendo, y a pesar de las nostalgias represivas de algunos grupos extremistas de diversas ten dencias, que se esfuerzan por llevar el país hacia el caos, «sigue vivo en el alma de la mayoría de los ciuda danos el anhelo de libertad y de de mocracia nacidos de la Resistencia», como afirmó Pertini.
Las Brigadas Rojas, en víspera de este aniversario del triunfo con tra el fascismo, volvieron a perpetrar un nuevo atentado: por la mañana, en Turín, dispararon contra el redactor-jefe de la RAI (televisión italiana), Piccinelli, y por la noche, contra Giancarlo Dagnino, de 51 años de edad, se cretario provincial administrativo de la Democracia Cristiana en Génova.
El político genovés luchó durante toda la noche contra la muerte, pero, según los médicos, el peligro ha pasado y podrá restablecerse en tres meses.
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