La mafia y la CIA se utilizaron en su alianza para matar a Castro

La mafia norteamericana y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) intentaron utilizarse mutuamente durante su alianza dirigida a asesinar a Fidel Castro, en los primeros años sesenta, según reveló ayer el columnista Jack Anderson. Los padrinos del crimen organizado querían eliminar al líder revolucionario cubano, porque éste había acabado con sus sustanciosos negocios ilegales en la isla. Cuando la CIA, que pretendía matar a Castro por motivos políticos, propuso un contrato a la mafia, los dirigentes de ésta aceptaron inmediatamente.De este modo, mientras que la CIA trataba de ocultar una motivación política en el asesinato de Castro y evitar una participación directa de sus agentes en el crimen, los padrinos de la mafia aceptaban el encargo de hacer lo que ya estaban tramando, y conseguían comprometer al Gobierno federal, obteniendo así un excelente instrumento de chantaje para el futuro.

Detalles sobre esta siniestra alianza entre la CIA y la mafia aparecerán próximamente en el informe sobre el asesinato del presidente Kennedy elaborado por el Congreso norteamericano, pero parte de ellos han sido adelantados ya por el periodista Jack Anderson.

Una primera hipótesis sobre el magnicidio de Dallas, basada en las declaraciones del capo mafioso John Roselli, indicaba que Castro capturó a sus frustrados agresores y, mediante tortura, les hizo volverse contra sus patrones y asesinar a Kennedy.

Esta teoría ha sido totalmente descartada por el comité investigador del Congreso, que, sin embargo, no elimina la participación del crimen organizado en la muerte de Kennedy. Es más, el comité indica que tanto la mafia como los cubanos anticastristas exiliados en Estados Unidos deseaban la desaparición del presidente y podrían haberse unido para este fin.

Aunque la conexión entre la mafia y la CIA terminó oficialmente en febrero de 1963, después de que fracasaran los intentos de matar a Castro y nueve meses antes del magnicidio de Dallas, el informe del Congreso señala que no existen pruebas convincentes de que la alianza terminara en esa fecha.