El trauma nuclear
No es coincidencia que en las últimas semana hayan aparecido dos libros dedicados al sector energético, con especial incidencia en el campo nuclear. La elaboración del Plan Energético Nacional y su posterior entrada en el Parlamento, en donde debe ser debatido en la Comisión de Industria del Congreso, ha hecho que casi a la vez Pedro Costa Morata y Vicens Fisas publiquen dos volúmenes titulados Energía: el fraude y el debate, y Centrales nucleares: imperialismo tecnológico y proliferación nuclear, respectivamente. Dos estudios bien documentados y que representan sendas críticas a la política energética seguida por los últimos Gobiernos, y que, de no haber grandes cambios sustanciales, continuará imperando en los próximos años, ya que el Gobierno tiene más que ganada la batalla energética en las Cortes Españolas.El primero de los libros, Energía: el fraude y el debate, viene a ser un análisis crítico muy en la línea seguida por su autor, Pedro Costa Morata, de las coordenadas del sector energético en España. El informe, documentado y sencillo de leer, aborda la reciente historia energética española, plasmada en los planes energéticos, desde el punto de vista de un hombre que auna dos facetas que difícilmente suelen ir unidas: la de ecologista y la de técnico y conocedor del sector energético.
Energía: el fraude y el debate
Pedro Costa Morata. La Gaya Ciencia. Barcelona, 1979.Centrales nucleares: imperialismo tecnológico y proliferación nuclear. Vicens Fisas. Editorial Campo Abierto. Madrid, 1979.
Pero quizá lo más interesante del libro de Pedro Costa, independientemente del tratamiento que da a los diferentes temas que aborda, sea la alternativa que el autor da al presente Plan Energético Nacional, que moldeará, sin duda, la próxima evolución energética de España.
En efecto, el autor, en uno de sus capítulos, señala que «cuestionar el modelo energético actual es cuestionar el sistema político-económico bien entendido». La alternativa ofrecida por Pedro Costa no es otra que la máxima puesta en explotación de los recursos propios, dando prioridad a los más abundantes y a los que menos traumas produzcan entre la población, todo ello en base al reconocimiento de nuestra casi absoluta dependencia del exterior. Todo ello unido a la ya casi secular oposición que el autor demuestra de siempre por la energía nuclear.
El programa nuclear español es rechazado por el autor hasta tanto en cuanto no se haga un análisis sobre rendimiento de las tres centrales ahora en funcionamiento, exista un debate nacional sobre la energía nuclear, el sector público se encargue del control de las centrales y conocer nuestras necesidades de energía a medio y largo plazo.
En resumen, la postura que defiende Pedro Costa trata de situar en un 40% el nivel de autosuficiencia energética en 1990 y de no consumir más de 140 millones de tec. Para ello, según el autor, hay que frenar el consumo de petróleo, promover la producción de carbón, de hidroelectricidad y de energías nuevas, además de cuestionar sistemáticamente el asunto nuclear.
El informe de Pedro Costa Morata, independientemente de su validez teórica, sufre, a nuestro modo de ver, de una deformación inicial, al plantearse todo el problema energético partiendo de la base de un rechazo total y absoluto y que en algunos momentos llega a alcanzar la categoría de demagógica de la energía nuclear. Obviando este planteamiento, que en cualquier caso mediatiza todo el estudio, el libro supone una llamada de atención a parlamentarios y ciudadanos interesados en estos asuntos vitales para la economía española, a la vez que el descubrimiento de todo un submundo que ha rodeado al sector energético en este país.
Las centrales nucleares y el imperialismo nuclear
Vicens Fisas es otro impenitente luchador del movimiento ecologista y antinuclear. Su libro Centrales nucleares: imperialismo tecnológico y proliferación nuclear es un detallado estudio sobre las conexiones y la incidencia de las multinacionales en el sector de la energía nuclear.
El autor intenta, a lo largo de todo el estudio, una aproximación a la estrategia que las grandes compañías multinacionales mantienen en tomo al establecimiento de la energía nuclear en el mundo. Datos novedosos, interconexiones entre grandes empresas, análisis detallado sobre la España nuclear y un prolijo informe sobre la situación de las instalaciones y la política nuclear en una larga veintena de países forman los principales ingredientes de este libro entre didáctico y analítico que mueve a la polémica y a la reflexión.
La toma de postura que desde el comienzo adopta el autor no le quita un ápice de interés al informe, aunque posiblemente al fijar los objetivos perseguidos desde un principio y hacer girar todos los medios en torno a la persecución de las consecuencias preconcebidas le resta algo del valor del libro, que, indudablemente, lo tiene, y mucho.
En resumen, se podría decir que la aportación de datos novedosos y la exposición detallada de todo un entramado existente entre las empresas del sector eléctrico y las multinacionales, que a la postre son las que dominan la tecnología punta del sector, hacen del libro un volumen imprescindible, no sólo para aquellos que atacan la desnuclearización, sino también para los que la defienden.
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