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El accidente de Harrisburg servirá para reforzar la seguridad nuclear en España

La delegación de expertos nucleares españoles que se está informando en Washington de los detalles del grave accidente registrado en la central atómica de Harrisburg definió ayer la situación como «tranquilizadora» y dijo que de este accidente podrán extraerse «consecuencias valiosísimas» para reforzar la seguridad de las plantas nucleares.

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Presidida por Luis Castellano, subdirector general de Energía Nuclear, la delegación española visitó el jueves la zona circundante a la central atómica y celebró varias entrevistas con miembros de la Comisión Reguladora de Energía Nuclear de Estados Unidos. La información obtenida por esta delegación, junto con la enviada por telex desde Washington y la que ya obraba en poder de la Junta de Energía Nuclear española, servirá para redactar un informe sobre el accidente.En España no existe ningún reactor atómico con el mismo diseño que el accidentado en Harrisburg, señaló el señor Castellano, por lo que no podría producirse un accidente idéntico. Sin embargo, la pérdida de líquido en el sistema de refrigeración (el accidente llamado loca en lenguaje técnico) es susceptible de ocurrir en cualquier tipo de central y es uno de los más graves que pueden darse.

Según la información hasta ahora recopilada por la delegación española, en la secuencia del accidente de Harrisburg se registraron fallos en todas las etapas del proceso, excepto en una. Hubo defectos en el diseño de la planta, fallaron los dispositivos de seguridad, cometió errores el personal que la operaba y se registraron deficiencias en los planes de evacuación. Lo único que funcionó como debía fue el factor estático, constituido por el poder de «confinamiento», es decir, de impedir la salida de material radiactivo de la vasija del reactor y del edificio de contención.

Los daños producidos por el accidente han sido «mínimos y aceptables», en opinión de los técnicos españoles. Pero el accidente de Harrisburg contiene una gran enseñanza y servirá para reforzar los sistemas de seguridad en las plantas nucleares, porque es la primera experiencia práctica de un accidente loca.

En España nunca se ha registrado un accidente de este tipo, señaló el señor Castellano. La Junta de Energía Nuclear y otros organismos tienen previstos planes de emergencia, con la posibilidad de evacuación de la población, sin los que no se concede la licencia a una planta nuclear. En caso de anomalías debe informarse a la JEN, a la delegación de industria, al gobierno civil de la provincia y a la Dirección General de Energía. La seguridad de las centrales atómicas pasará ahora a depender del nuevo Consejo de Seguridad Nuclear, que centralizará toda, las funciones.

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