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La República Democrática Alemana autoriza la convertibilidad del marco de la RFA

El marco federal (DM) ha pasado a ser «divisa paralela» en la República Democrática Alemana, al lado del marco oriental, por decisión del Ministerio de Comercio Exterior. A partir del próximo 16 de abril todos aquellos ciudadanos de la RDA que posean marcos occidentales tendrán acceso a las intershops, establecimientos comerciales previstos en principio para los turistas y en los que únicamente puede pagarse en marcos fuertes u otras divisas occidentales.El Ministerio ha impuesto una condición: que el poseedor de DM los canjee en el banco oficial por un cheque personal, que en ningún caso puede devolverse para recuperar los marcos cambiados. En las instrucciones sobre el procedimiento a seguir no se especifica si el funcionario bancario debe o no inquirir sobre el origen de estos marcos occidentales.

Esta regulación no ha satisfecho plenamente a los ciudadanos de la RDA, que hasta ahora tenían acceso «toIerado» a estos establecimientos.

En todo caso, desde el punto de vista oficial, la medida significa un paso hacia la plena convertibilidad del marco oriental respecto de la moneda de la República Federal de Alemania. La picaresca había hecho que muchos trabajos no controlados, como fontanería o reparaciones eléctricas, se hiciesen pagar por los profesionales en marco fuerte, creando así una situación incontrolable por el Gobierno. Este busca ahora no renunciar a los ingresos por divisas, derivados del turismo y de las visitas de familiares residentes en la RFA, y al tiempo canalizar el gasto de estas divisas hacía el consumo de productos occidentales que se venden en las intershops. En 1978, según un informe oficial del Gobierno germano-oriental, estos establecimientos significaron un ingreso de setecientos millones de marco occidentales. La apertura de las intershops a los ciudadanos de la RDA ha concluido con un largo y duro debate entre dos tendencias de la Cámara Popular (Parlamento) de la RDA. Para una de ellas, facilitar el consumo de productos occidentales significa una claudicación del verdadero espíritu marxista. Para los favorecedores del consumo, entre ellos el jefe del Partido Socialista Unificado, Erich Honecker, no se trata más que de poner al alcance del ciudadano bienes necesarios o útiles, partiendo del principio de que «todo lo que es bueno es compatible con el socialismo». En el pasado octubre se produjo una amplia polémica en Alemania oriental entre ambas tendencias cuando el miembro del buró político del partido Konrad Naumann defendió en el Palacio de la República la tesis de que «el partido no fomenta el consumo, pero tampoco está dispuesto a que cada ciudadano tenga que compartir su camisa».

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