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Tribuna
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Enfermos que esperan

Presidente de ALCER

España, que intenta alcanzar a los países occidentales en materia de sanidad, está todavía a la cola en lo que se refiere al trasplante de órganos y a la recuperación de enfermos renales crónicos. Los enfermos crónicos necesitados de trasplante renal constituyen hoy en España un número respetable, y para mantenerse con vida necesitan tres sesiones por semana de riñón artificial, teniendo que ir al hospital a concetar sus venas a una máquina purificadora, el riñón artificial, que durante cuatro horas sustituye sus riñones inútiles. Este tratamiento es caro, y este tipo de enfermos, que crece de año en año por falta de trasplantes, supone una carga muy costosa para la Seguridad Social. Por otro lado, no consiguen, mediante este tratamiento, una calidad de vida realmente positiva.

Interesados por este problema, unos cuantos enfermos y médicos relacionados con el tema crearon ALCER, la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón, que lleva ya tres años combatiendo por la calidad de la diálisis y por que todo español que lo necesite pueda dializarse y trasplantarse. ALCER es una asociación con autonomía regional, y extendida por todo el país. En Cataluña, y más concretamente en Barcelona, nuestra asociación fraterna ADER tiene los mismos fines.

ALCER se ha fijado una meta fundamental: conseguir que España cuente con una ley de trasplantes adaptada a las necesidades de hoy día. Actualmente, a pesar de los muchos accidentes con muertos en las carreteras, y a las numerosas muertes -según los recientes criterios de muerte cerebral- que se producen en nuestros hospitales, no hay casi riñones para trasplantar. Y todo ello mientras miles de compatriotas esperan atados a una máquina el trasplante liberador que les aparte de la dependencia de la diálisis y les procure una solución definitiva y de total recuperación.

Si ALCER consigue que las Cortes tramiten rápidamente el proyecto de ley presentado hace poco por el PSOE, podrían realizarse anualmente unos 200/300 trasplantes. Esto permitiría aligerar los hospitales de enfermos renales crónicos y posibilitaría el atender otros nuevos.

Además de insistir en una ley de trasplantes, ALCER lleva ya un largo tiempo dialogando con el ministro de Sanidad para lograr que se lleve a cabo el Plan Nacional de Diálisis y Trasplante elaborado por la Sociedad de Nefrología. Este plan mejorará la calidad de vida del enfermo en riñón artificial y al mismo tiempo ayudará a la adaptación del mismo a la sociedad que le rodea.

Difíciles y ambiciosos proyectos. Quizá, pero su realización constituye, por un lado, nuestra necesidad y, por otro, nuestra obligación.

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