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Un diputado sionista radical pide negociaciones con la OLP y un Estado palestino

Una conmoción sin precedentes sacudió anoche el Parlamento israelí, cuando el diputado Uri Avnery, del Partido Sheli (sionista radical), exclamó: «De la misma manera que el presidente Sadat tomó ayer la palabra en esta tribuna, veo a Yasser Arafat dirigirse mañana a esta Cámara en nombre del pueblo palestino.» Esta frase suscitó gritos, exclamaciones de indignación, pero, curiosamente, el tumulto se apaciguó rápidamente. Como si, después de todo, Avnery no hubiese dicho nada terrible, a pesar de que el primer ministro, Menahem Begin, manifestase el día anterior su oposición total a la creación de un Estado palestino.

Ahora bien, la idea misma de que un diputado israelí no comunista, y judío sionista, por encima de todo se haya atrevido a invitar de hecho y con esperanza, a Arafat a pronunciar la palabra en el Parlamento habría sido impensable sólo hace algunos meses.Después de haber insistido sobre el hecho de que la verdadera seguridad de Israel reside en la paz y que ésta no será una paz duradera sin una reconciliación con el pueblo palestino sin la apertura de negociaciones con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y sin el establecimiento de un Estado palestino junto a Israel Avnery se dirigió al pueblo palestino con estas palabras: «Sufro como vosotros la opresión existente en los territorios ocupados y me rebelo cuando los jóvenes palestinos caen bajo las balas de los soldados y civiles israelíes por el único motivo de que se han atrevido a protestar contra el tratado de paz. »

El diputado sionista hizo también un llamamiento a los palestinos para que «no dejen escapar esta ocasión que puede llevar a la creación de un Estado independiente, si saben aprovecharla: la autonomía». «No olvidéis -dijo a continuación- que el pueblo judío pasó también por esta etapa bajo el mandato británico. No subestiméis este instrumento, que puede ser la autonomía en la lucha por vuestra independencia.»

Otro incidente en el transcurso del debate parlamentario sobre el tratado de paz fue suscitado cuando el portavoz de la presidencia del Gobierno reconoció que el proyecto entregado a los diputados contenía inexactitudes que debían ser corregidas. Esto provocó un tumulto en el hemiciclo y surgieron voces pidiendo la suspensión del debate hasta que se conociese el texto corregido.

Sin embargo, estas peticiones no prosperaron. El propio primer ministro tuvo que subir al estrado para pedir disculpas por las «incorrecciones» en el texto del proyecto. Tras quitar importancia a estas inexactitudes, que calificó como «técnicas», justificó las mismas con el hecho de que cuando fue repartido el proyecto de tratado entre los diputados no había terminado aún la negociación en Washington del protocolo militar sobre la retirada israelí del Sinaí.

Por otra parte, en una conferencia de prensa celebrada ayer en Argel, Yasser Arafat, máximo dirigente de la OLP, afirmó que ha recibido garantías de que Arabia Saudita y otros países árabes utilizarán el arma del petróleo contra Egipto.

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