Crece la tensión en torno a la negociación del convenio de Michelin
A pesar de la huelga de una semana de duración, iniciada el lunes, que fue seguida de cierre patronal el martes, y en medio de una situación de tensión creciente, que trasciende a toda la ciudad, esta mañana vuelven a reunirse los representantes de empresa y trabajadores de la fábrica Michelin de Vitoria que forman la comisión deliberadora del convenio de la planta de Vitoria. Como es sabido, tras una falta de aceptación de la negociación colectiva por parte de la empresa, la citada comisión deliberadora se constituyó durante el secuestro del director de la factoría de Vitoria por ETA (p-m).
El comité de empresa, en el que existen miembros de CCOO, ELA-STV, UGT, SU y LSB-USO, sigue esperando para hoy una respuesta global a la plataforma de convenio, cuyo contenido fundamental no ha sido aún abordado por las contrapropuestas de la empresa.Los responsables de la fábrica dan como respuesta a las peticiones salariales -que los obreros fijaban en garantizar unas 8.000 pesetas de aumento lineal a todas las categorías-, la aplicación de un 14% de incremento sobre la masa salarial de 1978, que supone -según la empresa- un incremento medio de los salarios del 15%.
El aumento es porcentual y, dado el amplio abanico salarial existente, la parte social afirma que hay quien aumentará su salario en 3.000 pesetas, mientras algunos encargados lo harán en 11.000. El comité insiste en que, sin entrar en disquisiciones sobre la masa salarial, se le deje aplicar un sistema mixto lineal y porcentual para repartir el incremento de la masa.
En los convenios anteriores -el último se pactó dentro de los cauces de la Organización Sindical, hace dos años- se contemplaban los aspectos salariales y una serie de mejoras sociales centradas sobre todo en seguros, caja de previsión, préstamos, becas, etcétera. Las ofertas de la empresa se han centrado ahora también en dichos capítulos, ofreciendo incluso veinticinco becas para estudios universitarios -que no eran incluidas en la plataforma-. Sin embargo, no ha respondido por ahora a las cuestiones de jornada, período de disfrute de las vacaciones y organización de los sistemas de trabajo, temas en los que no se ha dado aún ningún acuerdo entre trabajadores y empresa desde la fundación de la fábrica.
Los trabajadores no tienen una idea de referencia de cuál es la producción mínima, la media y la máxima. A raíz de la introducción de nuevos ritmos a dos talleres, la inspección de Trabajo denunció a la empresa por alteración de las condiciones de trabajo. Actualmente la sanción, que fue confirmada por el Tribunal Central de Trabajo, está recurrida por vía contencioso-administrativa.
Toda esta serie de circunstancias hacen que, en la práctica, no existan relaciones colectivas de trabajo en Michelin de Vitoria, sino una relación individual y diferente para cada uno de los 4.000 obreros. «Ninguna nómina es igual a otra, aunque trabajes en puesto similar y en la misma cadena», nos ha informado un trabajador. En este orden de cosas, la introducción de un cuarto turno de trabajo, que promete una jornada de 39 horas semanales de promedio anual, se teme por parte social que diluya aún más las difusas relaciones contractuales de la fábrica y piden que como mínimo se garanticen las 44 horas de jornada actuales.
Durante todo el año pasado las tensiones entre sindicatos y la dirección de la fábrica han sido continuas y en la respuesta patronal a los aspectos sindicales de la plataforma puede observarse que se omite cuidadosamente toda apelación a las secciones sindicales, aunque se pasa a reconocer al comité de empresa como un órgano en el que se hace abstracción de los sindicatos.
Por ejemplo, se compromete a dar información en cuestiones como el balance, pero no en cuanto a la organización y sistema de trabajo, ni sanciones.
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