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Marruecos puede liberar hoy a los cinco pesqueros españoles

Los cinco barcos apresados en los últimos días por las autoridades de Marruecos, dos de ellos con matrícula de Melilla, pueden ser puestos hoy en libertad. El trámite para su liberación se ultimó prácticamente ayer y sólo falta que la Administración marroquí agilice los trámites oportunos. El Gobierno español adelantará el importe de las multas que, al parecer, según la nueva legislación de pesca marroquí, serán inferiores a las impuestas a los dieciocho pesqueros apresados hace unos días. Por otra parte, los armadores y pescadores gallegos quieren impedir la importación de capturas portuguesas, dentro del conflicto desarrollado estos días. De todo ello informan nuestros corresponsales en Rabat, Melilla, Huelva y Vigo, Domingo del Pino, Francisco Roldán, Alfonso González y Antonio Ojea.

Parece probable que los cinco pesqueros españoles apresados últimamente por Marruecos, dos en la zona de Melilla y tres frente a las costas de Agadir, serán puestos en libertad hoy.La embajada de España en Rabat continuaba ayer las gestiones con los Ministerios de Transportes y Asuntos Exteriores marroquíes para lograr la aceleración de los trámites de liberación, que quedarán concluidos cuando se fije el importe de las multas que habrán de pagar los barcos en cuestión, que al parecer, se situará por encima de los veinte millones de pesetas.

No obstante, el Gobierno marroquí ha acogido con desagrado la actitud radical adoptada por una parte de la prensa española en esta oportunidad y, más concretamente en lo que respecta al apresamiento del barco Cuarto Mandamiento, interceptado en la bocana del puerto de Melilla.

Aunque algunos estiman que esta actitud pudiera influir desfavorablemente sobre las negociaciones en curso, las fuentes marroquíes afirman que el barco, que se dio a la fuga, fue interceptado en una zona en que la delimitación de aguas españolas y marroquíes no está claramente determinada. Para Rabat, la prueba de que su marina no violó ningún agua territorial mutuamente aceptada como española es que el Gobierno de Madrid no ha presentado ninguna protesta, como hub¡era sido lógico de ser cierta la versión citada.

Para las autoridades marroquíes. como para las españolas, parece estar fuera de duda que el convenio de pesca a ratificar aún por Marruecos representará una reducción notable del tonelaje anual de capturas permitido y, consecuentemente, del número de barcos que podrán faenar en estas latitudes.

En los medios oficiales de Rabat no se deja de señalar, no obstante, que los barcos españoles son apresados casi diariamente en las aguas comunitarias y en las propias costas portuguesas sin que por ello nadie solicite que se envíe a la marina de guerra.

« Ustedes pueden especular -ha declarado una alta personalidad marroquí a EL PAIS- que estos apresamientos coinciden con un viraje de la actitud de España hacia el conflicto del Sahara o con las elecciones españolas, pero a nadie se le ocurre recordar que desde hace más de dos años los barcos españoles pescan en nuestras costas en unas condiciones intolerables para cualquier país. Sobre todo -se añade-, nadie está en condiciones de demostrarnos que en algunos de los casos ocurridos últimamente de apresamientos no nos asista el más irreprochable derecho.»

España, se nos ha dicho, debe comprender que el mundo colonial ya no existe y que cada país soberano protege como mejor conviene a sus intereses ses riquezas marinas en el respeto del derecho internacional del mar.

Por último, se ha señalado a EL PAIS, que Marruecos sólo ha extendido su zona económica exclusiva a setenta millas, mientras que la mayoría de los países lo han hecho a las doscientas millas. Dentro de esas setenta millas están autorizados a pescar los barcos que posean la debida licencia o que pertenezcan a empresas mixtas hispano-marroquíes.

En Melilla, la noticia de la inminente liberación de los pesqueros fue acogida con satisfacción entre las familias de los tripulantes del Cuarto Mandamiento y del Buytiago, así como por los armadores de los barcos y la población melillense. La satisfacción se extendió incluso a las tripulaciones de los innumerables pesqueros marroquíes que, generalmente, venden sus capturas en este puerto y que se encuentran retenidos en Melilla hasta que Marruecos ponga en libertad a los pesqueros españoles, previo el abono de esa multa mínima existente en la nueva legislación marítima marroquí.

Los armadores de buques de pesca fresca de Huelva manifestaron ayer al gobernador civil de esta provincia, Ezequiel Jaquete, que están sufriendo graves pérdidas económicas por la falta de actividad de sus barcos en los caladeros de Marruecos, y que las empresas del sector se hallan descapitalizadas.

Tras poner de relieve que la actual situación es de extrema gravedad, los armadores subrayaron que a partir del día 7 de marzo comenzarán a desenrolar a las tripulaciones, de seguir los problemas de inseguridad en las mencionadas zonas de pesca, donde faenan unos doscientos barcos de la provincia de Huelva, con una tripulación aproximada de 2.500 trabajadores.

Los armadores señalaroníambién que los últimos acontecimientos se han producido por causas ajenas al sector pesquero, y han solicitado para los trabajadores del mar la asignación de un seguro de desempleo del orden de las 37.00Ó pesetas mensuales. Asimismo, manifestaron que la paralización completa de la flota onubense que faena en las costas próximas a Marruecos podría producirse a finales de la presente semana o principios de la próxima. Por todo ello, la lonja quedaría desabastecida para esa fecha.

Por otra parte, destacaron la necesidad de continuar faenando en los caladeros marroquíes, ya que de ellos depende el futuro de la industria pesquera provincial.

Armadores y pescadores gallegos critican al Gobierno

Por lo que se refiere al conflicto pesquero hispano- portugués, representantes del sindicato de Comisions Mariñeiras y Federación del Mar de CCOO y de los armadores gallegos que intervinieron en las negociaciones con Portugal, explicaron ayer en Vigo las razones de su retirada de las mismas. Al propio tiempo, anunciaron su intención de impedir la importaciónen el futuro de capturas procedentes de Portugal.

El punto esencial fue la variación de la última oferta portuguesa, que recortaba sensiblemente las posibilidades pesqueras de la flota española en aguas de la zona económica lusa, en relación con la propuesta que habían efectuado dos días antes. Entienden los armadores y sindicatos que las negociaciones se habían salido del marco técnico y habían demostrado que las razones últimas eran de carácter político.

En este sentido, el documento entregado al director general de Pesca al retirarse de las negociaciones, el lunes pasado, expone la comprensión de los firmantes -armadores y sindicatos- sobre los esfuerzos de las autoridades portuguesas para defender los intereses de sus pesquerías, pero critica duramente al Gobierno y Administración españoles por no arbitrar medidas similares, que defiendan los intereses del sector propio, que se ve abocado a una crisis global de imprevisibles consecuencias.

Además, proponen el progresivo desenrole de los tripulantes portugueses en barcos españoles -más de 4.000-, y advierten que se tomarán las medidas necesarias para impedir la circulación, a través de las fronteras luso-españolas, de todo tipo de pescados y mariscos. La venta en los mercados españoles de pescados procedentes de Portugal está afectando sensiblemente al valor de las capturas de los buques -propios, con la consiguiente repercusión en los salarios de sus tripulaciories, la mayoría de las cuales trabaja con el sistema retributivo de la parte.

Armadores y sindicatos no acudieron ayer a la nueva reunión prevista en el Ministerio de Agricultura y Pesca, en Lisboa, pero celebrarán una asamblea general del sector el próximo lunes, en las dependencias de la AISS, en Madrid. En dicha asamblea es probable que, de no resolverse satisfactoriamente el problema, se decida un progresivo amarre de toda la flota pesquera española.

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