La exposición fotográfica de Gina Lollobrigida

El pasado miércoles se inauguró al público, en la galería Vandrés, de Madrid, una exposición de fotografías de la muy famosa, en su época, actriz de cine Gina Lollobrigida. La muestra, un amplio resumen unas 160 obras en color y blanco y negro de todos los lugares del mundo recorridos por la actriz-fotógrafo, no deja de ser, bajo nuestro punto de vista, una mera recopilación de imágenes super-estereotipadas, a caballo entre lo vulgar y folklórico, de dichos países.Cierto es que la realización de algunas de las fotografías es perfecta y que incluso se atisban ciertas dosis de arte fotográfico «demodé». Pero también habría que preguntarse de la labor, que en gran número de ocasiones desempeñan, según supimos, los dos fotógrafos que acompañan a Gina en sus desplazamientos por el mundo.

Una auténtica galería de famosos (Fidel Castro: 12.000 pesetas; Paul Newman, 20.000; Salvador Dalí, 8.000; El Cordobés, 20.000; Kissinger, 8.000; Antonio Gades, 8.000; Yuri Gagarin, 12.000, un self portrait, 50.000, etcétera), forman parte también de la muestra. En este aspecto, pensamos que el nombre de la actriz ha jugado un papel decisivo a la hora de abrir puertas, muy cerradas casi siempre, a los simples reporteros de prensa (el día de la presentación a la prensa nos dijeron que acababa de fotografiar al presidente Suárez).

Por supuesto, el grueso de la exposición gira en torno al tema de Italia, donde prácticamente todas las fotografías expuestas forman parte del libro Italia mía, un libro que, por lo visto, llevó consigo dos años de trabajo y la realización de 20.000 fotografías, de las que después se seleccionaron cerca de doscientas. Constituye una interesante obra desde el punto de vista reporteril, aunque, insistimos, poco tenga que ver con la fotografía artística.