Miles de oficiales y soldados se manifiestan en la capital contra el Gobierno de Jomeini
Mientras la fuerza aérea y los guerrilleros leales al ayatollah Ruhollah Jomeini continuaron ayer, por tercer día consecutivo, sus combates en Tabriz contra «mercenarios y elementos contrarrevolucionarios», alrededor de, 5.000 oficiales y soldados del Ejército, la aviación y la gendarmería se manifestaron ayer en Teherán contra los nombramientos de mandos militares hechos en los últimos días por el primer ministro de la República Islámica de Jomeini, Mehdi Bazargan. Al cumplirse el quinto día de gobierno islámico, el caos generalizado actual anticipa, según los expertos occidentales, un largo período de inestabilidad que incluso podría desembocar en una guerra civil
La concentración de los militares, todos ellos vestidos de civil, se llevó a cabo en el campo de fútbol de la Universidad de Teherán y sus portavoces declararon que no regresarán a los cuarteles mientras no se haga una «purga cuidadosa» en los mandos. Algunos de los manifestantes aparecían armados. Entre las consignas más coreadas figuraron las siguientes: «No entregaremos las armas»; « Desarmar al pueblo es una nueva conspiración».Los oficiales y soldados opuestos a Bazargan, que según algunos sectores del Gobierno islámico están dirigidos por «activistas comunistas», acusaron reiteradamente al primer ministro de Jomeini de haber elegido para el nuevo mando de las fuerzas armadas a oficiales que durante el régimen del sha se caracterizaron por los fusilamientos de revolucionarios y por su activa intervención política en la represión. Dijeron también que la mayor parte de esos militares «sirvieron a la CIA». Entre los generales blanco de los ataques figuraron el nuevo jefe del Alto Estado Mayor, Mohammed Val Gharani, quien, sin embargo pasó veinte años en la cárcel du rante la monarquía y ha prometido purgar las filas del Ejército.
A su vez, los viceprimeros ministros Hashem Sabaghian, Ibrahim Yazdi y Abbas Amir Entizam acusaron ayer a guerrillero y militares izquierdistas de los últimos asaltos a las embajadas de Estados Unidos, Marruecos y otros países.
Los manifestantes de izquierda exigieron poco después que las designaciones de jefes militares sean hechas por comisiones mixtas de soldados, suboficiales y oficiales, y han anunciado que sus objetivos incluyen «la destrucción de la burguesía parasitaria» y la formación de un «ejército del pueblo».
La lucha en Tabriz
Entre tanto, las informaciones llegadas ayer a Teherán sobre el número de muertos y heridos en la lucha en Tabriz eran confusas debido a que las comunicaciones telefónicas entre esa ciudad del noroeste y la capital siguieron cortadas. En algunos medios se indica que en los últimos dos días han resultado muertas más de 1.500 personas.
La radio nacional informó ayer que los combates se centran en torno de. la estación radiofónica de Tabriz, incesantemente atacada por los «agentes de la Savak» (policía secreta del sha). El ayatollah Qazi Tabataba'i hizo un llamamiento a los soldados, policías y guerrilleros islámicos para que tomaran el poder en la ciudad, donde se ha impuesto el toque de queda desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana.
Tabriz fue a fines de la última guerra mundial la capital de la efímera República Popular de Azerbaijan, que contó con el respaldo de la Unión Soviética. Según informes no confirmados, algunos supervivientes de ese movimiento separatista iraní participan ahora en las luchas en la ciudad. Otro ayatollah importante, Chariat Madari, pidió ayer por la tarde al Ejército que reparta armas entre la población civil de Tabriz «para que pueda defenderse y garanticen la seguridad» de la ciudad.
Entre tanto, el Gobierno norteamericano se dispone a evacuar entre mañana y pasado a los 7.000 ciudadanos norteamericanos que aún permanecen en Irán, según informaron ayer portavoces de la Casa Blanca. Seis aviones de transporte y seis helicópteros de las fuerzas aéreas de Estados Unidos aguardaban ayer en Incilik, en el sur de Turquía, la orden de partida para la evacuación. Según Washington, la principal incógnita que ahora se plantea es la de si el Gobierno de Jomeini podrá proteger a los norteamericanos antes y durante su partida, sobre todo en el aeropuerto.
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