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El Gobierno reconoce la escasez de recursos dedicados a la investigación científica

«El Gobierno español es consciente de que se dedica poco a la investigación científica. Debemos, por tanto, crear conciencia de que la investigación científica es un valor cultural en sí mismo que no puede ignorar ningún país y que este valor muchas veces tiene una indudable vertiente económica que no puede desdeñarse.»

Con estas palabras clausuró ayer el ministro de Educación y Ciencia, Iñigo Cavero, la I Reunión Iberoamericana de Ciencia y Tecnología, celebrada en Madrid desde principios de esta semana, que ha contado con la participación de delegados de veinte países latinoamericanos, incluidos Portugal y España. Esta ha sido la primera vez que un grupo de naciones relacionadas en torno a una comunidad lingüística se ha puesto a discutir los temas de ciencia y tecnología que más preocupan a la sociedad de hoy.El ministro español destacó que los países del área habían dedicado poca atención al tema de la investigación. En el caso español se refirió a las medidas que el Gobierno está tomando para incrementar la inversión científica. Concretamente, dijo que la comisión delegada de política científica ha redactado este año un plan para invertir 63.000 millones de pesetas, en el plazo de tres años, en la ciencia, a fin de incrementar la tarea investigadora, tanto de las universidades como del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Entre las conclusiones más destacadas de esta primera reunión sobresale la propuesta de crear un ente permanente común que se encargue de la promoción científica, tecnológica e incluso del comercio de tecnología, con un fondo común y bajo el asesoramiento de una comisión de científicos, técnicos y empresarios. Este organismo se situaría dentro del seno del Centro Iberoamericano de Cooperación.

Por su parte, el profesor Juan Francisco García de la Banda, director del Gabinete de estudios de la comisión asesora de investigación científica y técnica, propuso un programa de acción conjunta, consistente en que un equipo administrativo de diez personas y tres especialistas cualificados, un científico, un técnico y un industrial podría crearse una oficina de coordinación de la ciencia y técnica entre los países de Iberoamérica y España «de un gran sentido práctico y de una gran utilidad».

En la sesión de clausura intervino también el premio Nobel de Química, el argentino profesor Luis Federico Leloir, quien defendió una estructuración de la ciencia hecha por los científicos. «Sólo ellos -dijo- pueden valorar un trabajo original y bien realizado de otro que no lo es, y diferenciar a un buen investigador de uno mediocre.»

El profesor Leloir se refirió también a dos campos prioritarios: la energía y la producción de alimentos, sin olvidar la investigación básica, «ya que sin ella no podrá desarrollarse en el futuro una investigación válida y consistente». También habló del valor cultural de la ciencia.

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