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Carter presentó ayer un presupuesto restrictivo para 1980

El presidente Jimmy Carter presentó ayer al Congreso norteamericano el presupuesto federal para el año fiscal 1980, que asciende a 532.000 millones de dólares (más de diez veces el presupuesto del Estado y la Seguridad Social españoles en 1979), y prevé un déficit de unos 29.000 millones. Mientras que en círculos de la Administración se calificaba el nuevo presupuesto como «escaso y austero», analistas independientes pronosticaban serias dificultades para llevar a la práctica los cálculos hechos por el Gobierno de Washington.

Se trata del segundo presupuesto confeccionado íntegramente por la Administración Carter y afecta al período comprendido entre el 1 de octubre del presente año y final de septiembre de 1980. El presupuesto debe ser ratificado por el Congreso, y se anuncia ya una dura batalla antes de conseguir una votación favorable.Más que efectuar cortes drásticos en el volumen de gasto de la inmensa burocracia federal, el presidente Carter ha optado por limitar la expansión de la misma. Según las estimaciones del Gobierno, el presupuesto del año fiscal 1980 supondrá el 21,2% del producto nacional bruto, lo que significa una reducción importante respecto al año anterior, en que se superó el 22% del PNB.

Defensa

El Departamento de Defensa. obtiene en el nuevo presupuesto la cifra de 135.500 millones de dólares, lo que supone el 24% del total gastado por el Gobierno. El aumento de los gastos militares, en dólares constantes, supera el 3 %, con lo que la Administración Carter cumple los acuerdos adoptados con sus aliados occidentales en la cumbre de la OTAN del pasado mes de mayo.La mayor parte del aumento en el presupuesto defensivo, según explicó Carter en su mensaje al Congreso, se empleará en el fortalecimiento de las fuerzas norteamericanas en la OTAN y al mantenimiento del «equilibrio estratégico». Mientras que una parte del incremento, en los gastos militares se destina a la construcción de tanques, artillería y otras armas pensadas fundamentalmente para el teatro europeo, el otro capítulo importante se empleará para fines estratégicos, como la construcción de un portaaviones nuclear y de una nueva unidad del submarino atómico Trident.

Energía

El presupuesto reconoce la «importancia vital» de la energía para Estados Unidos, y el presidente Jimmy Carter resaltó la importancia de un plan energético nacional, que permita al país cortar o disminuir al mínimo a dependencia de fuentes de aprovisionamiento exteriores. Parte de los gastos asignados al sector energético se destina a la creación de la llamada «reserva estratégica de petróleo», que permitiría a Norteamérica soportar un embargo petrolífero similar al de 1973 durante más de un año. En total, se dedican 8.000 millones de dólares a este sector, algo menos de lo previsto inicialmente. La búsqueda de nuevas fuentes de energía, especialmente la solar y la llamada «fusión nuclear», reciben importantes asignaciones.

Ayuda exterior

El capítulo de ayuda exterior se ve aumentado en el nuevo presupuesto en un 14%, lo que supone un notable frenazo a las promesas hechas por Carter al principio de su mandato. Se restablece la cuota para el Banco Mundial, que había sido reducida el año pasado en casi mil millones de dólares.Mientras que la ayuda destinada a la lucha contra el hambre permanece prácticamente idéntica al año anterior, los préstamos para la venta de armas a países extranjeros descienden desde 209 millones en el actual presupuesto, a 110 millones. Los créditos para la compra de armas norteamericanas continúan a un nivel idéntico de 655 millones de dólares.

Carter ha incluido en el presupesto una suma de veinticinco millones de dólares para ayudar a la creación de una Fundación de Cooperación Tecnológica Internacional, que tendrá por objetivo la mayor contribución de la tecnología norteamericana para el desarrollo económico mundial.

Otros aspectos destacables del presupuesto para el año fiscal 1980, son la reducción de los fondos asignados a servicios públicos, los incrementos mínimos en los gastos de educación y salud y bienestar, la disminución de los, créditos para exportación a los agricultores y, en líneas generales, un intento de restringir los programas federales.

Desde el año 1960 sólo dos presupuestos gubernamentales de Estados Unidos obtuvieron superávit, mientras que el déficit mayor se sufrió en 1976, con la Administración Ford, que alcanzó números rojos por un total de 66.400 millones de dólares. El presidente Carter ha previsto un déficit para 1980 de 29.000 millones y asegura que equilibrará el presupuesto progresivamente hasta, eliminar el déficit en 1982, es decir, dos años después de que, finalice su actual mandato.

La política de restricción anunciada por Carter, al presentar el presupuesto federal, fue definida como un «imperativo» para luchar contra la inflación, pero el presidente pidió la colaboración del sector privado, los sindicatos, los consumidores y los gobiernos estatales y locales.

La discusión en el Congreso del nuevo presupuesto federal será bastante dura, según la mayoría de los comentaristas.

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