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La República Federal Alemana ante su seguridad exterior

La principal arma de la OTAN es su capacidad de disuasión

El pasado 12 de enero el diario The New York Times publicaba una carta abierta dirigida al presidente Carter por setenta generales, retirados de los tres ejércitos norteamericanos, en la que acusaban a la Unión Soviética de no sólo buscar la paridad militar con Estados Unidos, sino incluso perseguir la superioridad convencional y nuclear sobre. las fuerzas conjuntas occidentales. La advertencia de los militares norteamericanos no es nueva, pero no deja de ser sintomático el momento elegido para hacerla pública. Las dos potencias mundiales se encuentran a punto de concluir el segundo acuerdo SALT de limitación de armamento. nuclear y los sectores conservadores y armamentistas norteamericanos temen que los tratados permitan a la URSS una mayor concentración de sus esfuerzos en otras áreas militares, tales como los preparativos de un ataque por sorpresa sobre Europa occidental. Simultáneamente, estos sectores temen todavía más que los tratados congelen los avances tecnológicos en el área militar de Estados Unidos, extremo sobre el que muchos expertos basan la hipotética ventaja militar de Washington sobre Moscú. Alberto Valverde visitó recientemente la República Federal de Alemania, país que, teóricamente, sería el escenario natural de un enfrentamiento convencional Este-Oeste, según los dirigentes militares germanos consultados.

Son las siete y media de la mañana en la base aérea de Ramsteim, al sur de Francfort. Hace tan sólo tres minutos, un sonido insistente escuchado en toda la base ha advertido que las fuerzas del Pacto de Varsovia, tras «haber perdido Rumania en beneficio de Occidente», después del inesperado golpe que ha derribado al equilibrista Nicolae Ceaucescu, han decidido lanzar un ataque por sorpresa contra las fuerzas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), ante el temor que el ejemplo rumano cunda en otros países del bloque. Los pilotos británicos y norteamericanos, en sus trajes de vuelo, acaban de poner sus F-4E Phantoms en dirección Este para interceptar la oleada de cazas soviéticos y germano-orientales que se acercan.A no muchas millas de allí, en el puesto de observación Alpha, cerca de FuIda, media docena de tanques M-60 del regimiento, número once de caballería acorazada han escuchado una señal similar y ya caminan a marchas forzadas hacia la frontera entrelas dos Alemanias. En escasos minutos, los dos ejércitos más preparados y sofisticados que jamás hayan existido en la historia se han enzarzado en una batalla que puede durar tan sólo 48 horas. Del resultado de esta batalla, para el que ambas partes se han preparado durante más de treinta años, no sólo depende el futuro de la RFA, sino que puede abrir paso a un enfrentamiento nuclear de consecuencias incalculables.

«El escenario descrito es muy similar a lo que sería en realidad. Nosotros estamos preparados para ello, pero no creemos que nunca llegue a producirse en realidad manifiesta a EL PAIS el teniente coronel Eckard Jantzen, del Ejército alemán y uno de los expertos de las fuerzas de la OTAN estacionadas en la RFA en la cuestión de un eventual ataque soviético por sorpresa.

Jantzen, de 38 años, un defensor acérrimo de la supremacía del poder político sobre el militar, nos asegura que la OTAN, «a cuya organización pertenecemos porque nuestra defensa en solitario hubiese sido inútil», es una fuerza más que capaz para responder a esta amenaza hipotética. Sus servicios de análisis e información han determinado hace tiempo que la defensa de Europa, al margen de consideraciones políticas, es una cuestión prioritaria para la RFA, precisamente porque su país hace de «frontera» de dos sistemas enfrentados y, quiérase o no, el status actual del mundo quedó hace años acordado de dicha forma.

Si, como opinan expertos militares franceses, las tropas del Pacto de Varsovia podrían estar en el Rhin en 48 horas, tan sólo un grupo de generales norteamericanos, espoleados por un político y polémico informe que dos senadores conservadores presentaron al Congreso de Estados Unidos hace dos años para justificar una política más agresiva en relación a la OTAN, piensa hoy que los soviéticos o las fuerzas del Pacto de Varsovia estén pensando en tal ataque.

Juego de políticos y militares

Por eso, ambos bloques, después de haber jugado y calculado sobre soldaditos en miniatura, han llegado a la conclusión de que si es necesario mantener dos ejércitos costosos. y tal poder de destrucción a ambos lados de la línea divisoria de las dos Alemanias, es porque la estrategia militar sirve a unos principios políticos. «La cuestión es simple -manifestó un funcionario del Ministerio alemán de Defensa-. Ambos bloques hacen hincapié en determinados aspectos de su política defensiva para hacer patente al otro lado que ante las catastróficas consecuencias de un ataque destructor y sin sentido, es, mucho mejor llegar antes a acuerdos por medios políticos. »

En este sentido, el teniente coronel Jantzen explica que si el objetivo primordial del Ejército alemán, englobado en la OTAN, es la seguridad exterior de la RFA, «es todavía mucho más importante su misión de evitar la guerra». Para ello, las dos columnas de la política defensiva de la OTAN son, por una parte, tratar de disuadir a las fuerzas del Pacto de Varsovia del lanzamiento de un,ataque y, por otra, mantener una política de distensión, que reconozca al detalle los problemas políticos existentes y trate de resolverlos por la vía pacífica.

En este segundo aspecto, según nos explica el doctor Wilhelm Brum, del Instituto de Investigación de la Fundación socialdemócrata Friedrich Ebert, la RFA mantiene como uno de los objetivos prioritarios de su polítíca exterior y defensiva el mantenimíento de las conversaciones para la reducción equilibrada de tropas en Europa (Mutual Balanced Force Reduction Talks) y la continuación de los trabajos iniciados en Helsinki dentro de la Conferencia de Seguridad Europea. Por ambos caminos, dice este experto, se puede conseguir que el fantasma de una guerra europ ea, aunque sea relámpago, desaparezca. «En Helsinki -añade- se rompió el hielo y se recuperó la confianza en la posibilidad de un diálogo, aparte de que también se dio un paso hacia la toma de decisiones con validez jurídica. » En Viena, «de lo que se trata -continúa- es de reducir la capacidad de asalto y todavía sería mucho más ambicioso que se sustituyese el simple control técnico sobre el número de armas sobre uno, más eficaz de control de opciones».

El balance militar

Para tomar conciencia de los pasos políticos y jurídicos que habría que dar para evitar de una manera eficaz que se produzca un enfrentamiento de imprevisibles consecuencias, conviene analizar los presupuestos militares sobre los que la OTAN basa su estrategia defensiva. Por principio, la OTAN se define como un organismo de defensa de Europa occidental y, en tal sentido, en lugar de propiciar -al menos públicamente- una guerra de agresión, da por supuesto que, de producirse el temido enfrentamiento, éste tendría como escenario central la República Federal de Alemania, es decir, dentro de su territorio.

Al ser una organización defensiva, tanto su nivel de fuerzas como el tipo de armas utilizables por la OTAN son presentadas por sus dirigentes como defensivas. Su nivel de fuerzas -manifiesta el teniente coronel Jantzen- es considerablemente inferior al que posee el Pacto de Varsovia (ver recuadro), tanto a nivel humano como en armarnento. La OTAN también parte del principio que el Pacto de Varsovia basa su poder de disuasión en su fuerza de choque, mucho más numerosa y poderosa que la de la OTAN.

Dentro de este contexto, los expertos alemanes en temas militares han Regado incluso a prever lo que sucedería en el caso de un eventual ataque armado del Pacto de Varsovia sobre la OTAN. La Unión Soviética y sus aliados atacarían cuatro frentes con el objetivo inmediato de llegar al Rhin en dos días, como mínimo, y seis como máximo (ver mapa). La guerra sería convencional en su totalidad, aunque, los dirigentes militares de la OTAN renuncian siempre a especular con lo que sucederla si la derrota fuese más rápida de lo previsto.

«Hay que tener en cuenta -dice Jantzen- que, aparte de la fuerza real, la mayor arma de la que disponemos es la capacidad de disuasión. Si la URSS o el Pacto de Varsovia no han atacado nunca a Europa occidental o, si lo prefieren, nosotros no hemos atacado tampoco a la otra parte, no ha sido porque no hayan existido razones objetivas o políticas, sino sobre todo porque existen las armas tácticas nucleares y, en último extremo, las estratégicas. Nadie puede asegurar que, acorralados, tanto Washington como Moscú renunciarían a defenderse en caso extremo. »

Esta parece ser, en opinión del Ministerio de Defensa Alemán, la razónúltima por la que la RFA deriende a capa y espada la pre sencia de soldados norteamerícanos en suelo alemán y, últimamente, la tan polémica bomba de neutrones. «Los soldados norteamencanos estacionados en la RFA son la garantía máxima de que ningún ataque de este tipo pueda llevarse a cabo», dice el coronel Jantzen. «Tenemos que defender el principio de que cuando se ataca a la RFA, todo Occidente, como sistema social y político, ha sido atacado», añade. En otro orden de cosas, «también necesitamos rodearnos de todos Jos medios técnicos para que nuestra capacidad de disuasión sea máxima. La bomba de neutrones es un ejemplo de este efecto disuasivo».

Si existe algún país europeo que no tiene ningún reparo en hablar en favor de la bomba.de neutrones es la República Federal de Alemania. Sus estrategas militares la defienden con ardor, pero también con argumentos. Dice Jantzen: «Si algún día tiene lugar una guerra europea, ésta se desarrollará en nuestro suelo. Por eso necesitamos de la bomba de neutrones, un tipo de arma que ni es convencional ni es táctica. Si este arma se instala algún día en la RFA, será quizá el mayor "argumento" disuasorio que tendremos contra un ataque de las fuerzas del Pacto de Varsovia. »

Y el teniente coronel alemán lo explica más claramente desde su perspectiva: «Hasta ahora siempre ha existido la incógnita de si las fuerzas alemanas englobadas en la OTAN serían capaces de destruir su propia patria, en el caso de un enfrentamiento. Esta incógnita se ha disipado. El poder localizado de la bomba de neutrones la convierte en un instrumento de efectos limitados. Ya no habrá destrucción generalizada, sino máxima capacidad de respuesta localizada a un ataque acorazado. Los tanques del Pacto de Varsovia, hasta ahora la mayor amenaza para nosotros, dejarán de ser un peligro.»

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