Entrevista con Brejnev
«Pregunta. ¿Cómo juzga usted el estado de las relaciones EEUU-URSS en vista del progreso hacia SALT II y de una reunión en la cumbre?Respuesta. Nosotros hemos entrado en el año 1979 con buen pie. El nuevo acuerdo de limitación de armas estratégicas ofensivas está próximo a concluirse, aunque, naturalmente, se necesitará algún tiempo para aclarar ciertas posiciones. Nosotros creemos en el principio de seguridad bajo condiciones de igualdad, que tanto la URSS como EEUU reconocieron como punto de partida, y pienso que el presidente Carter y yo estamparemos en un próximo futuro nuestras firmas en el mencionado acuerdo( ... )
Estoy firmemente convencido de que las relaciones americano-soviéticas pueden no sólo ser normales, sino verdaderamente buenas. Esto no es una utopía.
P. Desde que se anunció la normalización de relaciones entre Washington y Pekín se ha hablado mucho en EEUU de jugar la carta china y, por otra parte, de los chinos de jugar la carta americana. ¿Qué piensa usted de estas ideas y de las relaciones futuras de la URSS con China?
R. Algunos, en EEUU, y en otros países occidentales, que han observado la política hostil hacia la URSS de los líderes chinos, han pensado utilizar a Pekín como medio de presión contra el mundo socialista. Esta política me parece peligrosa para la paz mundial, y aventurera.
No discutimos el establecimiento de relaciones diplomáticas. El peligro radica en que se estimula, con ayuda económica y venta de armas a uno de los países más grandes; del mundo, abiertamente hostil a la distensión, y que ha proclamado la guerra como inevitable. En cuanto se refiere a los planes de la OTAN de utilizar a Pekín como instrumento de su política, creo que son de una increíble ingenuidad. Conviene recordar lo que aportó la política de Municha los países occidentales. ¿Pueden olvidarse tan rápidamente las lecciones de la historia? En cuanto se refiere a las relaciones chino-soviéticas no tenemos con ese país problemas territoriales ni obstáculos objetivos que impidan el restablecimiento de amistosas relaciones, con la condición de que los dirigentes chinos se muestren más razonables y pacíficos. ( ... )
Desde Pekín nos llegan, de cuando en cuando, declaraciones acerca de que, al parecer, el tratado chino-soviético de amistad, alianza y ayuda mutua, firmado en 1950, «ha perdido todo significado». Y Se convirtió en «simple hoja de papel», y cosas por el estilo. Por lo visto, los dirigentes chinos tratan de provocarnos a que denunciemos el tratado. Puedo decirles que nosotros no nos dejaremos provocar. Por nuestra voluntad jamás anularemos el documento que encama la amistad de los pueblos de la URSS y de China. Si los dirigentes pequineses dan ese paso, asumirán toda la gravedad de la responsabilidad ante el pueblo de su país, ante las fuerzas de la paz y el progreso en todo el mundo. »
18 enero
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