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JAZZ

Ha muerto Charlie Mingus

Charlie Mingus murió el 5 de enero en Cuernavaca (México) a causa de un fallo cardíaco. Desde hacía algún tiempo, el que ha sido uno de los más grandes músicos de jazz se encontraba, enfermo, lo cual no le impedía seguir trabajando aunque fuera desde una silla de ruedas.Mingus nació el 22 de abril de 1922 en Nogales (Arizona), pero su infancia se desarrolló en Watts, el suburbio negro de Los Angeles. Su primera educación musical la recibió, como tantos otros músicos de jazz, en los oficios religiosos de las iglesias, donde se creaba un clima emocional que integraba el fervor religioso con una excitación de corte pagano. Hasta los ocho años Mingus no sabía nada de jazz, y su primer recuerdo de esa música fue un disco de Duke Ellington en la radio local. Antes de elegir el contrabajo como su instrumento principal aprendió trombón bajo la dirección de Britt Woodman. Pero Mingus no sólo iba a ser un gran contrabajista, sino también y de forma fundamental un compositor, un experimentador y un líder de bandas que bordeaba lo genial.

Así, en 1954 comienza, a componer sus primeras obras experimentales recogidas en un disco editado hace poco en España con el nombre de Jazz Workshop. En ese disco se encuentra posiblemente la conexión más cierta entre el be-bop que crearon Charlie Parker, Dizzy Gillespie y algunos; otros (entre los que se encontraba el Mingus de la primera época corno aparece recogido en el disco Jazz At Massey Hall) y lo que años más tarde sería conocido como free de la mano de Ornette Coleman o Eric Dolphy. En 1956 edita Pithecanthropus Erectus, obra conceptual donde sin ningún ambage torna un claro partido por su raza, por su identidad como negro explotado globalmente por el blanco.

Pero Mingus no va a ser un histérico de su credo ni un atormentado incurable. De hecho tiende hacia un epicureismo, que de creerle a el mismo te hubiera significado (en lo sexual) como un semental sólo comparable a Henry Miller. No obstante, Mingus insistió en el tema racial, en 1959, con Fables Of Faubus, contra un senador segregacionista de Alabama. Además de los trabajos con su grupo, que abarcó tanto blues como gospel, elementos de swing e influencias africanas, Mingus realizó la música de varias películas, entre ellas Shadows, de John Cassavettes, o Alice's Wonderland. Tal vez lo más admirable en Mingus fuera precisamente su versatilidad, su increible despego y desprecio de las formas preestablecidas o de los que se esperaba de él. Así, podía cambiar la palabra jazz por chazz o, como en uno de sus últimos elepés (Three or Four Shades Of Blues, editado también en España) incorporar instrumentos eléctricos (guitarras más, concretamente) en su formación. Charlie Mingus ha sido un músico que supo crear su propia escuela día a día sin llegar a atarse a ninguna. Esa, tal vez, sea su mayor aportación, la capacidad de un creador para olvidarse de sus propios fantasmas. Y eso es lo que ha dejado Charlie Mingus inmerso en unos discos de maravillosa música.

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