La guerrilla colombiana M-19 roba 5.700 fusiles al ejército
El movimiento clandestino y guerrillero de Colombia, M-19, se ha erigido en el grupo armado más eficaz de Hispanoamérica, después del espectacular robo de armas en uno de los depósitos militares mejor guardados de Colombia.
Las propias autoridades militares colombianas han manifestado su sorpresa por el alcance y la ejecución del robo, uno de cuyos móviles parece haber sido desprestigiar al secretario de la Presídencia, Pérez Vives, quien hace unos días aseguró que el M-19 «no existía».
Los activistas cavaron un túnel de 75 metros bajo la guarnición, hasta llegar al depósito de armas, que desvalijaron por completo. Los guerrilleros se apropiaron de 5.700 fusiles y diferente número de granadas, morteros y ametralladoras.
En un comunicado difundido ayer en Bogotá por la organización guerrillera, además de adjudicarse la responsabilidad del asalto, se comentó con ironía que el robo era una respuesta a una alocución del ministro de Defensa, general Luis Carlos Camacho, quien advirtió que todo ciudadano «debe armarse como púeda» para hacer frente al delito organizado.
El movimiento M-19 apareció en Colombia en 1973, adjudicándose el robo de la espada del libertador, Simón Bolívar. Hasta el momento, era el Ejército de Liberación Nacional (ELN), de carácter izquierdista, el que parecía contar con mayor capacidad operativa en la ejecución de acciones terroristas, desde que consiguió dar muerte, hace pocos años, en el centro de Bogotá, al inspectorjefe de las fuerzas armadas.
Detenciones
El robo en la guarnición Quiñones es el segundo golpe importante que realiza el M-19 desde su creación. En 1974, un comando secuestró y dio muerte al líder del sindicato Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), José Raquel Mercado.Poco después de descubrirse el robo, fuerzas de seguridad colombianas iniciaron una intensa búsqueda de los terroristas en determinados barrios de la capital, entre ellos, Ciudad Jardín del Norte, bajo la sospecha de que en esta zona podría encontrarse la base de los comandos. Según informa el corresponsal de Efe, presente en los registros, la policía efectuó un número indeterminado de detenciones.
Por otra parte, otro acto de violencia armada tuvo lugar ayer en Colombia, cuando se encontró el cadáver del gerente de la Texaco, acribillado a balazos, en un paraje solitario al este de la capital. El ejecutivo había sido secuestrado el 29 de mayo último por un grupo de delincuentes que solicitaban un rescate de cinco millones de dólares, unos 350 millones de pesetas.
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