Pesimismo al comienzo de las conversaciones chileno-argentinas sobre el canal de Beagle
Los ministros de Asuntos Exteriores de Argentina y Chile iniciaron en Buenos Aires unas difíciles conversaciones para tratar de encontrar una solución al conflicto fronterizo del canal del Beagle que conlleva el riesgo evidente, aunque remoto, de un conflicto bélico entre los dos países que, a su vez, podría servir, además, como detonante de otras situaciones conflictivas en el continente. Antes de iniciarse la entrevista el canciller chileno entregó un mensaje del presidente Augusto Pinochet a su colega argentino, Jorge Rafael Videla
El papa Juan Pablo II dirigió el lunes un mensaje a los presidentes de Argentina, Jorge Rafael Videla, y Chile, Augusto Pinochet, en el que expresa «su viva esperanza de ver superada la controversia que divide a vuestros países y que tanta angustia causa a mi ánimo».Las conversaciones entre los cancilleres chileno, Hernán Cubillos, y su colega argentino, brigadier Carlos Pastor, se iniciaron bajo un clima negativo que deja poco lugar al optimismo. Contribuyeron a ello las declaraciones del ministro del Exterior chileno, Cubillos, antes de trasladarse a Buenos Aires, en las que culpó a la prensa argentina de crear un clima belicista y reiteró la postura chilena de recurrir unilateralmente a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el caso de que de las conversaciones de Buenos Aires no surja una solución viable.
Cubillos insistió en que las conversaciones de Buenos Aires deben centrarse en la elección de un tercer país como mediador en el conflicto. Por su parte, Argentina mantiene la tesis de que es necesario reanudar las conversaciones para establecer los puntos de acuerdo y aquellos en los que no existe posibilidad de acuerdo directo y someter éstos a la mediación de un país amigo.
Los observadores consideran que, en el caso de llegar a un acuerdo sobre un tercer país, e fracaso de la fórmula de mediación incrementaría notablemente los riesgos de un conflicto armado.
En opinión de la mayoría de los observadores, si alguien decide usar la fuerza, será sin duda Argentina. Este país podría realizar «actos posesorios» en las islas Lennox, Picton y Nueva, origen del litigio; como medio de resolver sus reclamaciones de soberanía.
Las autoridades chilenas han advertido que considerarían como un «acto de agresión» esta posible actitud, argentina y que invocarían el principio de «legítima defensa» contemplado por las Naciones Unidas, En pocas palabras: si Argentina trata de tomar posesión de cualquiera de las tres islas, estallará la guerra con Chile.
La opinión de los expertos militares es que Argentina cuenta con mayores posibilidades que Chile de salir airosa de un enfrentamiento armado, que, de cualquier modo, sería de muy corta duración. Las fuerzas armadas argentinas están mejor dotadas en hombres y en material que las de su vecino.
El Gobierno de Buenos Aires ha mantenido una actitud belicosa más acusada que Chile. Así lo demuestra la llamada hecha a cinco quintas de reservistas, las constantes maniobras navales de la Armada argentina en la zona del conflicto, los ejercicios de defensa civil con oscurecimiento de ciudades y simulacros de bombardeos aéreos.
Hay una circunstancia que debilita la posición de Chile y que, sin duda, animaría a Argentina a tomar la iniciativa de posesionarse de las islas del Beagle: la atención que las fuerzas armadas chilenas deben poner en su frontera norte con Bolivia y Perú, donde existe un permanente clima de fricción. Este clima, además, se ha agravado en los últimos meses, a medida que se acerca el 14 de febrero, fecha en que se cumplen cien años de la guerra del Pacífico, en la que Chile arrebató a Perú una buena parte de su territorio meridional y a Bolivia toda su zona costera.
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