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Somoza se resiste a abandonar el poder en Nicaragua

El próximo martes, día 21, es una fecha clave en la crisis que atraviesa Nicaragua. Ese día vence el plazo que el Frente Amplio Opositor concedió a la comisión negociadora de la Organización de Estados Americanos para que consiguiera de Anastasio Somoza una promesa formal de abandonar el poder y el país junto a su familia. El dictador se inclina por someter a plebiscito su continuidad en el poder.

Obviamente, la comisión mediadora (compuesta por representantes de los Gobiernos de Estados Unidos, Guatemala y República Dominicana), no ha obtenido del presidente de Nicaragua tal seguridad. Pero sí parece que ha alcanzado una solución intermedia: Somoza sometería a la decisión del pueblo nicaragüense la permanencia o el abandono del poder mediante un plebiscito que habría de celebrarse antes del 14 de enero.Aún no se conoce el pensamiento de los representantes del FAO en el grupo mediador sobre esta última propuesta, que, en cierto modo, supone un notable avance en las negociaciones. Recuérdese que a las peticiones formuladas por a oposición para que Somoza renunciara de forma inmediata a la presidencia, el dictador nicaragüense respondió con un plan que fue calificado de absurdo por la mayoría. «Tachito» propuso celebrar un plebiscito para comprobar las adhesiones populares hacia su persona o hacia los partidos que integran el Frente Amplio Opositor, y, d acuerdo con estos resultados formar un Gobierno, presidido por Somoza.

El nuevo plebiscito (aceptado, en principio, por Somoza gracias a la fuerte presión norteamericana) tiene una ventaja evidente: se somete al pueblo a la decisión directa sobre el futuro de los Somoza. Pero tiene también problemas intrínsecos: a pesar de las vigilancias internacionales que puedan ejercerse, las dictaduras han dispuesto siempre de notables facilidades para manejar a su antojo este tipo de consultas populares.

Si la oposición rechaza nuevamente esta fórmula propuesta por la comisión mediadora y decide romper las negociaciones el próximo martes, lo más probable es que, en plazo breve, se desate una nueva ofensiva militar por parte del Frente Sandinista de Liberación.

Los dirigentes del Frente, conectados con los representantes de la oposición en las negociaciones a través del «Grupo de los Doce», han mantenido una posición de espera a los resultados de las conversaciones. Y, al mismo tiempo, han aprovechado este período de relativa calma para reorganizar sus cuadros y conseguir nuevos armamentos.

En este sentido; las noticias de que se dispone señalan que los últimos asaltos a bancos e instituciones comerciales en Nicaragua han posibilitado que el Frente compre armamento más sofisticado que el que utilizaba hasta ahora. Estados Unidos tiene la convicción de que los sandinistas han adquirido últimamente cohetes tierra-aire, y en esta seguridad han basado su decisión de pedir a Israel que abastezca de armas al Gobierno de Somoza. Las autoridades norteamericanas pueden desear, a estas alturas de la crisis, que Somoza abandone el poder, pero lo que no quieren, a ningún precio, es que el derrocamiento se produzca por una derrota militar.

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