Senghor, partidario de que Ceuta y Melilla pasen a Marruecos y Gibraltar a España
La afirmación de que Ceuta y Melilla son de Marruecos, lo mismo que Gibraltar es de España, «ya que así lo dictan la justicia y la equidad», la adopción de un compromiso dinámico para solucionar los problemas de la región norteafricana y la atención a las disposiciones de las Naciones Unidas y de la Organización para la Unidad Africana para la superación de los litigios en Africa, son algunos de los temas tratados ayer por el presidente senegalés, Leopold Sedar Senghor, en una rueda de prensa celebrada ayer en Madrid, poco antes de su viaje de regreso.A propósito de Ceuta y Melilla, el presidente senegalés se refirió a la necesidad de globalizar este tema con el de Gibraltar, y tras señalar la pertenencia de las dos primeras plazas a Marruecos y de Gibraltar a España, afirmó que unas y otra han de volver a sus adscripciones originarias.
En cuanto al tema del Sahara, Leopold Sedar Senghor aludió a que las posturas española y senegalesa son vecinas, por sugerir ambas un compromiso dinámico en la zona, sobre la base de textos jurídicos irrefutables. Postuló también la aplicación de las resoluciones de la ONU de 1975 sobre el Sahara, al tiempo que afirmaba que éstas aprobaban el denominado Acuerdo de Madrid rubricado por Mauritania, Marruecos y España. Respecto al acuerdo, indicó que no resultaba contradictorio con la otra resolución de la ONU sobre la realización del referéndum y calificó ambas de complementarias. Con relación a la denuncia de los acuerdos de Madrid desechó este supuesto, ya que «para ello sería precisa la anuencia de los tres signatarios», agregó.
Recordó que Senegal propone una fórmula de solución consistente en la celebración de una consulta popular en las áreas del Sahara atribuidas a Marruecos y Mauritania, con la oferta a la población de tres alternativas, la integración, la autonomía dentro de una federación o la independencia. Respecto a Guinea Ecuatorial, dijo que el régimen de Macías es una «dictadura sangrante», si bien España no debe abandonar su asistencia técnica al país ecuatorial.
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