Alarmante degradación en el litoral mediterráneo
Los ecólogistas españoles del litoral mediterráneo y Castilla han alertado una vez más sobre la muerte del Mediterráneo. Reunidos en Denia (Alicante), elaboraron un plan de acción sobre el viejo mar de la cultura clásica alternativo al realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), según los ecologistas, cuya aplicación se pierde en burocracias y sólo pone paños calientes a problemas que exigen remedios radicales.
Cada uno de siete turistas tiene probabilidades de caer enfermo por el índice de contaminación en la arena y agua de las playas, mediterráneas, según especialistas ingleses. La situación del litoral ha alcanzado unas cotas de alta degradación, teniendo que cerrarse al uso público playas, especialmente en el arco limitado por Barcelona y Génova. En esta última ciudad hace cuatro años fueron cerradas 38 playas de las ochenta que posee por razones de seguridad de higiene, mientras en Barcelona se han adoptado el pasado verano idénticas medidas en numerosas playas.En un análisis realizado por la revista del consumidor Ciudadano años atrás sobre playas comprendidas entre Benidorm y Puerto Banús se detectaban en la mayoría riesgos de micosis, de transmisión de enfermedades entéricas y elevado número de gérmenes acumulados en las arenas sucias. Fuera de este cuadro sólo se situaban las playas de Aguilas, Aguadulce y Nerja. Las más afectadas por la contaminación eran Benidorm y Motril.
Otro de los aspectos de la aguda degradación en que se encuentra el Mediterráneo, acertadamente recalificado por los ecologistas como merditerráneo, se encuentra en las transformaciones dé las especies marinas. El comandante Cousteau, en unos coloquios orgainizados por el PNUMA en Mónaco, aseguraba: que los salvajes métodos utilizados para la pesca habían originado la desaparición de los peces de gran tamaño y aumento de especies más pequeñas, tipo sardinas y anchoas.
En Denia, la presencia de ecologistas mallorquines sirvió para recordar los intereses especuladores y estratégicos que planean sobre islotes del litoral español, hechos que exigen su defensa como futuros parques naturales. Después de la batalla planteada con la isla Dragonera y la de Tagomago, en Ibiza, y la puerta abierta que existe para un aprovechamiento ecológico de la isla de Cabrera, en la actualidad ocupada por el Ejército, los ecologistas apoyaron el cese de ejercicicos tácticos de la aviación norteamericana sobre Las Columbretes (Castellón) y la protección del islote de Alborán frente a Almería.
Como criterio general se analizó oponerse a la ocupación de cualquier Islote que en la actualidad no posea un conjunto de viviendas.
El manifiesto aprobado en Denia solicita ampliar las aguas jurisdiccionales a doscientas millas para evitar vertidos que perjudiquen los ecosistemas marinos y controlar la presencia de unidades de las armadas extranjeras y de embarcaciones propulsadas por energía nuclear. En relación a la degradación de los recursos naturales se establece recuperar aquellas especies que se encuentran sometidas a sobrepesca, reduciendo la presión ejercidas sobre ellas y manteniendo sus capturas en el punto de equilibrio óptimo para su crecimiento natural.
En su apartado tercero propone un plan de investigación del Mediterráneo impulsado por las organizaciones populares para rescatarla de los intereses especulativos y privados. A este respecto selecciona como temas de estudio el agotamiento de los recursos naturales, producción de alimentos, problemática demográfica, ordenación del territorio y contaminación y destrucción de habitats terrestres y acuáticos.
Regular una franja costera
Se establece para el litoral la regulación de una frani a costera de varios centenares de metros de dominio público, y a partir de esta. franja indica el manifiesto que serán situadas las urbanizaciones. Igual desplazamiento deben tener las carreteras litoralesque deberán ser trazadas a varios kilómetros de la línea de la costa. El manifiesto apoya la elaboración de una nueva legislación del espacio litoral para poner freno, entre otros puntos, a la proliferación de puertos deportivos.Por lo que respecta a la contaminación producida por las ciudades -en todo el Mediterráneo son 120 con una población total de cien millones de personas-, se recuerda el cumplimiento de la normativa que obliga a Yerter al mar por medio de emisarios a veinte metros de profundidad como mínimo y a la instalación de estaciones depuradoras. Los ecologistas bajo ningún concepto estiman admisible la instalación de centrales nucleares en el litoral y ríos que van a morir a esta costa. Propugnan el desmantelamiento de Vandellós y Garoña, ya en funcionamiento, y la no entrada en funcionamiento, construcción o aprobación de los catorce restantes que el plan de nuclearización prevé para esta costa. En el caso de Vandellós se exige conocer los resultados de la operación Flash, realizada para investigar la existencia de isótopos radiactivos en el golfo de San Jordi por escape del reactor.
Por último, frente al trazado de autopistas, que suponen un derroche energético y primacía del transporte privado, los ecologistas piden potenciar los servicios ferroviarios como estructura básica del. transporte en esta costa. El manifiesto finaliza con tres principios básicos para la realización del plan: compensar laboralmente a la población trabajadora que sea afectada por su aplicación, hacer pagar los costes de descontaminación al grupo económico responsable y no al ciudadano, y sustituir progresivamente las actividades económicas que degradan el medio por otras que supongan colaboración con la naturaleza y utilización de tecnologías blandas
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