La administración de los fondos económicos, causa de la discordia
Vimos, en el anterior artículo de esta serie, cómo puede darse por finalizado el período de actuación unitaria de las tres universidades catalanas. Con ello, la oposición universitaria al Ministerio queda absolutamente descalabrada. En efecto, esta oppsición la representaban, hasta ahora, además de las tres universidades catalanas, únicamente la de Córdoba y la Autónoma de Madrid.Vimos también cómo el fin formal del unitarismo universitario calalán lo marcó el fracaso de su política de confrontación directa del profesorado y cómo, en forma de gran telón de fondo, surgía una concepción antagónica del manejo de los fondos universitarios.
Hasta el momento en qu e el doctor Badía Margarit llegó al rectorado de la primera universidad existía en las universidades catalanas -al igual que en otras- un doble circuito de fondos públicos. Además, en el caso de la primera universidad, existieron en el pasado unas extratasas, de dudosa legalidad, que eran pagadas por los alumnos en el momento de formalizar la matrícula. Esto último está ahora sometido a investigación judicial, a instancias del fiscal del Reino.
Badía Margarit adoptó, desde el primer momento, una muy rigurosa política de control económico, suprimió radicalmente el doble circuito e hizo intervenir todos los recursos económicos por la Hacienda pública, ingresando todos sus recursos en la cuenta oficial de la universidad en el Banco de España. Ello tuvo dos efectos inmediatos: originó la actual huelga de personal no docente (PND) -ya que tal medida implicaba la desaparición de unos complementos salariales- y puso en discusión un sistema de gestión que es propio de gran número de universidades, entre ellas las otras dos de Cataluña. Fue de estas últimas -y, probablemente, en gran parte, por esta política concreta- de donde surgió el calificativo de «maximalista» aplicado al equipo de la primera universidad.
Todo ello obliga.a un breve. análisis de realidad económica de las universidades españolas, los fondos de éstas tienen dos orígenes fundamentales: por un lado, las transferencias del Ministerio -que constituyen la mayor partida- y, por otro, las tasas de cobro directo. En la práctica, las tasas cobradas directamente por las universidades son muy superiores a las previamente estimadas a la hora de efectuar el presupuesto -es decir, miucho tiempo antes-, con lo cual se genera un remanente.
Con este remanente pueden hacerse dos cosas. La primera, partiendo de un criterio riguroso y estricto, ingresarlo en la cuenta oficial del Banco de España, es decir someterla a la intervención propia de los caudales públicos, con lo cual su uso precisará de una autorización de Hacienda. La segunda alternativa -más laxa, menos escrupulosa, y al parecer, bastante generalizada- consiste en ingresar el remanente en una entidad bancaria privada, en la cuenta de la universidad considerada. De esta cuenta podrán cubrirse necesidades específicas muy variadas, desde complementos salariales -caso de los PND- hasta otras necesidades académicas.
El criterio riguroso es el adoptado por Badia Margarit. El segundo es el propio de las otras dos universidades catalanas. De ahí que conflictos como la huelga de PND y otros sean vistos con ópticas contrapuestas. De ahí también el fin total de unitarismo.
En síntesis, la acusación formulada desde la primera universidad es de poca firmeza por parte de las; otras dos universidades catalanas. Precisan que fue la Autónoma la que «descongeló» antes la adscripción de profesorado y que en el seno de los equipos de los rectorados podrían darse ambiciones políticas a corto plazo con relación a una consejería de la Generalidad.
Por parte de las otras dos universidades, la acusación a la primera universidad es de «maximalismo». «En la primera universidad -afirmó una fuente de la Autónoma- insisten en una estrategia que ha fracasado y que no lleva a ninguna parte. Van a un ritmo que no es el del país. El unitarismo universitario catalán se había montado sobre unas bases falsas. La Autónoma y la Politécnica han tenido el acierto de corregir a tiempo, mientras que la. primera universidad, de perseverar, va a estrellarse.»
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