Los pescadores españoles retenidos por el Polisario no serán liberados por el momento
Las objeciones puestas a última hora de ayer por el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, presidente al mismo tiempo de UCD, al comunicado firmado inicialmente con el Frente Polisario por su emisario a Argel, Javier Rupérez, han impedido la liberación de los ocho tripulantes del pesquero Las Palomas, retenidos por guerrilleros saharauis desde abril.
El comunicado firmado ayer por el secretario de relaciones exteriores de UCD, «partido en el Gobierno de España», y el «ministro de Información de la RASD Salem Uld Salek», según expresaba textualmente su preámbulo, incluía un reconocimiento explícito al «derecho a la autodeterminación y a la independencia del pueblo saharaui».A última hora de la tarde de ayer, e inmediatamente después de conocido el texto del comunicado citado, el palacio de Santa Cruz intervino para que fuesen modificadas varias expresiones del mismo, en particular aquellas que involucraban implícitamente al Gobierno español.
Javier Rupérez y dos importantes consejeros de la Presidencia del Gobierno argelino negociaban hasta altas horas de la madrugada la elaboración de un nuevo comunicado, cuando, al parecer, el secretario de relaciones exteriores de UCD recibió nuevas instrucciones de Madrid en el sentido de no firmar ningún comunicado conjunto polisario-UCD.
A últimas horas de la noche llegó también a Argel el secretario de relaciones exteriores del PSOE, Luis Yáñez, que había sido advertido previamente por el representante permanente de su partido en Argel, E. Ballesteros, de la inminencia de la entrega de los pescadores españoles a UCD.
Por un momento se pensó que ante el grave incidente surgido entre UCD y la Presidencia argelina, que es la que llevó directamente a solas con UCD las últimas negociaciones, los pescadores podrían haber sido entregados al PSOE. Esta posibilidad quedó definitivamente descartada a altas horas de la madrugada de hoy, después de que los consejeros de la Presidencia argelina instaran a Javier Rupérez para que regresara a Madrid y en el plazo de cuarenta y ocho horas obtuviese con el presidente Adolfo Suárez una solución a este incidente que permita la liberación de los pescadores, y desde luego el propio viaje a Argel que debería realizar Suárez una vez liberados, los pescadores.
Aunque tanto los consejeros de la Presidencia argelina como el secretario de exteriores de UCD afirmaban anoche que no había que dramatizar el incidente, se trata de un importante enfrentamiento diplomático que podría tener consecuencias sobre las relaciones argelino-españolas, que parecían comenzar una fase de deshielo.
Contrariamente a lo que podría desprenderse del contenido del comunicado firmado ayer y luego rechazado por el Gobierno español, el Polisario no había planteado como una condición «sine qua non» la necesidad de involucrar al Gobierno de Madrid en el acto de entrega de los pescadores ni en el documento conjunto, aunque naturalmente para ellos, la presencia de Rupérez y el texto del documento iban implícitamente hacia ese fin.
El movimiento independentista saharaui consideraba que el Gobierno español debería valorar la flexibilidad que, en opinión de ellos, había mostrado Argel, sin que ello significase que se tuviesen que modificar las relaciones de Estado entre Madrid y Rabat.
La propia prensa argelina había refrendado ese acercamiento a UCD con un gesto harto significativo, publicando en el órgano oficial del partido FLN, Revolution Africaine, una entrevista con Rupérez en la que éste afirmaba:
«Se equivocan los que esperan un deterioro de nuestras relaciones con Marruecos. Cometen un gran error, porque no creo que se pueda contemplar una solución a este tipo de problemas, como es el conflicto del Sahara occidental, a golpes de ruptura entre Estados. No es ésa la intención de nadie y menos aún de España. También la comunidad internacional tiene su papel que jugar para acercar a las partes interesadas y llevarlas a poner fin a este conflicto.»
Como es sabido, el Polisario entiende que la ONU es el marco más adecuado para tratar el tema de una solución política a la crisis del Sahara occidental, por ser éste un problema típico de descolonización en el que nunca ha dejado de estar responsabilizada la parte española.
El Polisario confía en que España participe sin desmayo en la dinámica de la paz, a la que tanto se hace referencia últimamente.
El primer comunicado firmado por Javier Rupérez había producido una gran expectación en los medios políticos y en otros países afectados, como Marruecos. Aunque en la capital marroquí no se quiso hacer ningún comentario a EL PAÍS sobre su contenido y se estimaba que implicaba solamente a UCD y no al Gobierno, se había «tomado nota de que se involucraba de alguna manera a España».
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