Win Wenders: "Las historias de Patricia Highsmith tienen algo fascinante para mí"
Hoy se estrena su filme "El amigo americano"
Hoy se estrena en Madrid El amigo americano, del realizador alemán Win Wenders, basado en la novela de Patricia Highsmith El juego de Ripley. El filme, exhibido por primera vez en el Festival de Cannes de 1977, supuso el espaldarazo definitivo para su realizador, que en la actualidad se encuentra filmando una biografía de Dashiell Hammett en Estados Unidos, en un proyecto costoso, con el papel protagonista a cargo de Jason Robards, que ya había desempeñado la figura del escritor en Julia, de Fred Zinneman.
«La primera vez que leí una novela de Patricia Highsmith -declaraba Wenders en el press-book del filme presentado en Cannes- tuve ganas de hacer una película. Ahora hace diez años de esto. Cada novela era un acontecimiento. En El miedo del portero ante el penalti, Josef Blosch, al comienzo de la película, entra en un cine, en el que conoce a la taquillera a la que luego matará. A la entrada, en la cartelera, puede leerse: The tremour of Forgery. Este título no corresponde todavía a una película, sino a un libro de Patricia Highsmith que yo estaba leyendo en Viena durante el rodaje. Las historias de Patricia Highsmith tienen algo fascinante para mí, algo que solamente conozco a través del cine, no por los libros. Un trastorno. Sus personajes me afectan profundamente y me conciernen muy directamente. Al contrario de los libros policíacos corrientes, en los cuales los personajes son impulsados por la acción y por el desarrollo del relato, los de Patricia Highsmith son el centro a partir del cual se desarrolla un relato. El motor de la historia son los temores, las pequeñas cobardías, los pequeños errores que todos conocemos demasiado bien, hasta el punto en que ya no les prestamos atención. Al leer estas historias nos observamos a nosotros mismos... De una pequena mentira inocente, de una confortable traición, se deriva de golpe una historia terrible ... »«Todas las películas son políticas -añade Win Wenders-. Sobre todo las que no quieren serlo: las películas para el "gran público".
Estas son las películas más políticas, porque frenan cualquier idea posible de cambio. Cada secuencia prueba que todo es perfecto. Son «publicidad» para las ideas existentes... Creo que El amigo americano no ha caído en la trampa. Es una película para el "gran público" y es excitante, de "suspense". Pero en nada confirma las ideas recibidas. Antes bien, todo es transformable, todo permanece abierto, todo está amenazado... La película no tiene un contenido político explícito.
Hace siete años que trabajo. He hecho siete películas, siempre con las mismas personas. La fotografía de todas mis películas es de Robby Mueller. Martín Schaefer, su ayudante -que entre tanto se ha convertido también en operador-, está con nosotros desde mi segunda película. Peter Przygodda ha montado todos mis filmes.
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