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El Gobierno estudia diversos proyectos de inversión agrícola para hacer frente al desempleo

Los diversos Gobiernos que se han ido sucediendo en las últimas décadas no han considerado a tal problema del desempleo con entidad suficiente como para ocuparse de él. La emigración a áreas industrializadas tanto interiores como de Europa o las recolecciones agrícolas venían, en momentos de agudización, a resolver momentáneamente la crisis, sin que fuese necesario a la vista de los resultados adoptar medidas tendentes a solventar el problema estructural que motiva tan alta tasa de desempleo.Como ejemplo de la dejadez imperante en el seno de los centros responsables, tanto políticos como económicos, basta detallar la filosofía común fácilmente recogible en estos medios. Según esta idea, el paro supuestamente grave es el que se da en las zonas industrializadas, ya que un obrero especializado con unos niveles salariales elevados, como los que se puedan percibir en la siderurgia o los astilleros, si puede ser un elemento conflictivo socialmente. Sin embargo, un temporero o trabajador agrícola en paro, acostumbrado a una vida de necesidades, es más fácilmente amoldable a la realidad del paro cotidiano.

Por ello, cuando se han adoptado medidas tendentes a solucionar el problema del paro en el medio rural siempre han tendido a la subvención cuantiosa que no dejaba de tener como finalidad la de preservar el orden público, aunque sin buscar, en ningún momento, cortar de raíz lo que se ha dado por llamar lacra social.

Buena prueba de ello, ha sido el destino que se ha dado a los miles de millones que el Gobierno ha concedido para la lucha contra el paro, unas veces en provincias concretas y otras en la generalidad del país. Todavía se pueden recordar obras cuyo interés económico era absolutamente mínimo y cuya utilización de mano de obra intensiva brillaba por su ausencia.

Así han pasado meses y años. La rentabilidad económica de esos fondos, si es alguna vez estudiada, brillará por su ausencia. La rentabilidad social no será superior, ya que el destino y la utilización de esos fondos ha resultado hiriente incluso para el parado que se inscribía en el empleo comunitario. La vía Ministerio del Interior, gobiernos civiles, alcaldías, se ha mostrado como absolutamente ineficaz, aunque con este único término no se puede calificar la labor del señalado empleo comunitario.

El Gobierno, consciente de la inutilidad de la fórmula usada hasta el momento y de la necesidad de nuevas vías en la lucha contra el paro, contempla varias posibilidades de actuación que puedan solucionar, al menos temporal y parcialmente, el citado problema.

Inversión agraria

De acuerdo con las informaciones ,recogidas por EL PAÍS, el Gobierno, independientemente de crear un Instituto Nacional del Empleo, parece decidido a apostar por una política de empleo rural que venga a solventar en buena medida los conflictos estacionales que se producen en este medio de las provincias extremeñas y andaluzas.

El proyecto que parece que va a ser utilizado como base, se va a apoyar especialmente en los organismos con real competencia en temas agrarios como son el Icona y el Iryda, ya que cuentan con capacidad ejecutiva y ámbito geográfico suficiente como para abordar una serie de proyectos de inversión con una amplia utilización de mano de obra, reconocida por las más influyentes fuerzas sindicales del sector agrario.

Inicialmente, el grave problema de paro agrario se presenta para los meses de septiembre y noviembre, ya que una vez terminadas las tareas de recolección, las cotas de paro vuelven a alcanzar sus puntos máximos. El proyecto de lucha contra el paro del que serían protagonistas especialmente el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y el Instituto para la Reforma y Desarrollo Agrario prevé un elevado capítulo de financiación por parte del Estado, aunque muy inferior al dedicado por éste en los últimos años -recuérdese los créditos de 50.000 y 20.000 millones de pesetas aprobados en los dos últimos años por el Gobierno para la lucha contra el paro, y se destinarían a la utilización intensiva de mano de obra, ya que en el caso de leona de cada peseta invertida cerca de 0,90 céntimos van dedicados a jornales. En lo que respecta al Iryda, la parte de la inversión destinada a mano de obra es algo inferior, aunque los proyectos de realizaciones tienen una elevada rentabilidad económica, como es el caso de los regadíos.

Proyectos pendientes

De acuerdo con los datos conseguidos por EL PAÍS, el programa de lucha contra el paro del Ministerio de Agricultura en Andalucía y Extremadura, en el caso de que el Gobierno accediese a facilitar la financiación necesaria, supondrá absorber durante el tercer cuatrimestre del presente año a más de 30.000 trabajadores-mes, sobre un paro previsto para este período de 65.000 trabajadores. Para el año próximo, el programa se compromete a través de los organismos reseñados a absorber cerca de 40.000 trabajadores-mes, sobre un paro registrado de 67.000 hombres. La cifra de paro absorbible supone cerca del 50%.

Las necesidades de financiación que se consideran necesarias suponen cerca de 6.000 millones de pesetas para el último cuatrimestre del presente año, 2.500 de los cuales han sido ya anticipados por el Icona e Iryda. Para 1979 se prevé una necesidad de financiación para los dos organismos de cerca de 12.000 millones de pesetas.

El programa adjunta un plan de inversión a medio plazo en las dos regiones antes mencionadas y que en el caso del Iryda tendría una vigencia desde 1979 a 1982 en los que se pondrían en riego cerca de 50.000 nuevas hectáreas, para lo cual se necesitaría realizar una inversión próxima a los 16.000 millones de pesetas.

Por lo que respecta al lcona, el programa contemplaría una actuación para 1979 y 1980 con unas inversiones superiores a los 11.000 millones de pesetas. Estas inversiones podrían dar empleo a cerca de 16.000 trabajadores-mes.

Postura de las centrales sindicales

Por el momento, las centrales, sindicales consultadas por EL PAÍS no maritienen ningún tipo de prevencion a un programa de este tipo, ya que consideran que el paro agrario sólo puede ser combatido con actuaciones dentro del sector y no a través de las actuaciones que se realizan con los fondos del empleo comunitario.

La mayoría de estas centrales han mantenido ya contactos con el Ministerio de Agricultura -lcona, especialmente- y se muestran conformes con esta fórmula de lucha contra el paro rural, fórmula que es novedosa, ya que el lcona, lleva ya años actuando en este sentido con mucho mayor éxito que el de otros organismos, ya que, incluso los gobernadores civiles han pedido al leona que utilice los fondos del empleo comunitario que les son concedidos para invertirlos en faenas de repoblación forestal con utilización intensiva de mano de obra.

Las actuaciones del Icona

El Instituto para la Conservación de la Naturaleza, según informaciones recogidas por EL PAÍS, proporcionó durante 1977 más de 40.000 jornales diarios de media anual, con un presupuesto, entre dotaciones ordinarias y extraordinarias próximo a los 12.000 millones dé pesetas anuales.

Durante ese año, el lcona tuvo dos participaciones sobre sendos créditos extraordinarios concedidos por el Gobierno de 50.000 y 20.000 millones de pesetas, de los cuales correspondió al Instituto 3.550 y 3.000 millones de pesetas, respectivamente. Con estos créditos extraordinarios se cubrieron 7,1 millones de jornales. Con otro crédito de novecientos millones de pesetas, aprobado a finales de 1976, pero utilizado en 1977, se pagaron cerca de un millón de jornales.

Por lo que respecta al plan ordinario del lcona de 4.250 millones de pesetas, su utilización supuso 3,5 millones de jornales. En la actualidad el jornal pagado por el lcona ronda en torno a las mil pesetas diarias.

Para el presente año, y debido a los recortes de las dotaciones previstas en los pactos de la Moncloa, no se ha podido cubrir las actuaciones que inicialmente podrían ser deseadas.

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