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Condenado otro disidente en Moscú

El médico y disidente soviético Alexancler Podrabinek, quien denunció que los que formulan críticas políticas contra el Estado son sometidos en la URSS a tratamiento psiquiátrico forzoso, fue condenado ayer a cinco años de destierro.La sentencia se dictó al término de un proceso de un día en Elektrosal, localidad industrial situada a sesenta kilómetros al Este de Moscú.

No se conocen aún los pormenores del juicio seguido contra Podrabinek, de veinticinco años, que formó un grupo investigador para estudiar lo que calificó de abuso de la psiquiatría en la URSS con fines políticos.

Amigos del disidente que telefonearon desde Elektrosal, manifestaron que únicamente se permitió asistir al proceso, al padre y a la madrastra de Podrabinek. El acceso al tribunal fue impedido por la policía.

Dos corresponsales regresan a Moscú

Entretanto, dos corresponsales norteamericanos recientemente sancionados por las autoridades a causa de sus artículos sobre los disidentes, acaban de regresar a Moscú, tras unas breves «vacaciones» en Estados Unidos. Se trata de Craig R. Whitney, del New York Times, y de Harold Piper, del Baltimore Sun, multados con cincuenta rublos por un juez de Moscú por negarse a retractarse de unas informaciones en las que reprodujeron declaraciones de parientes de un disidente, según las cuales la televisión soviética había «deformado» lo dicho en un programa por el contestatario.

El hecho produjo, en julio pasado, nuevas tensiones entre Washington y Moscú, agudizadas posteriormente a causa de las críticas con las que en Estados Unidos se recibieron las sentencias impuestas en Moscú a tres conocidos disidentes: los científicos Yuri Orlov y Anatoli Scharansky, y el escritor Alexander Guinzburg.

La Casa Blanca anunció entonces que si el Gobierno soviético tomaba represalias contra los corresponsales norteamericanos, el de Washington adoptaría medidas parecidas contra los periodistas soviéticos acreditados en Estados Unidos, incluida la expulsión.

Tras su regreso a Moscú, uno de los primeros despachos enviado por Whitney a su periódico se refiere, precisamente a la situación de los disidentes en la URSS. Whitney reproduce en su artículo unas declaraciones del profesor VIadimir Semyoonovich Zhukovsky, hijo de un importante miembro del PC soviético «purgado» en la época de Stalin. El profesor Zhukovsky ha pedido en una carta a Brejnev permiso para emigrar. «Yo quiero un lugar en el mundo -dice- donde se me estime por mis méritos personales y no por si soy o no miembro del partido. » Whitney sostiene en su artículo, que «a pesar» de las presiones oficiales, el movimiento disidente sigue creciendo.

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