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La ceguera de la derecha intolerante

«Esos sectores y personajes que pretenden, con su ataque a la Constitución, frustrar las esperanzas que el pueblo ha puesto en la democracia, no han meditado los riesgos que correrían si produjeran tal decepción en las masas. En rigor, si analizaran debidamente nuestro presente socioeconómico, se percatarían de que al atacar la Constitución nacida del acuerdo entre las fuerzas parlamentarias -tal vez la única posible en estos momentos- no sólo están frustrando la confianza del pueblo, sino que también están socavando los cimientos en que se apoyan las instituciones que la Constitución legitima, y que ellos -esos sectores y personajes- dicen defender.En 1973 se abrió un proceso de transformaciones sociales y económicas -del que, en España, la muerte del dictador fue sólo un episodio- que se halla todavía muy lejos de su culminación. La Constitución aprobada en el Congreso, con las instituciones por todos aceptadas, debe contribuir a que el proceso histórico se desarrolle sin convulsiones. No quisiéramos que la fatal ceguera de nuestra derecha intolerante convirtiera el cauce manso en torrente. Lo que sucedería si prevalecieran los proyectos de los reaccionarios para transmutar la Constitución en un texto conservador de sus privilegios e inservible para la convivencia democrática. »

11 agosto

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