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Bandrés: "No es una denuncia en el juzgado de guardia"

"-¿Qué fundamentos tienes para afirmar que los teléfonos del Consejo General Vasco han estado controlados?-Un fundamento es que, cuando se estaba realizando la adaptación del edificio donde estamos, uno de los técnicos en cuyas manos habíamos puesto el trabajo, nos dio el siguiente informe, que te voy a leer.

"La policía está totalmente encima de las obras del Consejo, y muy especialmente de la centralita telefónica, creen que sabemos una barbaridad porque hemos elegido la idónea; creen que tenemos mucho recelo de que escuchen lo del Consejo; están muy interesados y totalmente resueltos a escuchar todo de todos y, muy especialmente, tus conversaciones. El rollo lo lleva directamente el jefe superior, te tendrá más al corriente de viva voz y, aunque será difícil, veremos si pudiéramos ponerles en evidencia, aunque lo harán con todos los medios y tranquilos. Quizá esto no te diga nada y cuentes con ello como con los zapatos; pero yo te lo digo."

Esto es de los técnicos. Se dio cuenta al Consejo, en su momento, y es un primer dato. El segundo es que, cuando nos hemos dirigido a la Telefónica, nos han dicho que este tipo de cuestiones solamente nos las puede contestar el delegado del Gobierno en la Compañía Telefónica.

Tercero: en un momento determinado, alguien nos indicó que estábamos siendo escuchados. Pero aclarar más datos sería quizáponer en evidencia la fuente, y nosotros, como vosotros, también tenemos una especie de secreto profesional.

Todo esto nos lleva a un convencimiento moral, máxime cuando hemos consultado con técnicos y nos dicen que las escuchas pueden hacerse por procedimientos que no implican, necesariamente, la instalación de un sistema dentro de la central telefónica. Y por eso hago una afirmación de índole política. No estoy haciendo una denuncia en el juzgado de guardia, sino una formulación política basada en una convicción moral.

-Más cuestiones...

-Mi queja, fundamentalmente, se dirige contra el presidente del Senado, porque el presidente del Senado tuvo que llamar al orden al ministro. El ministro perdió la compostura, se puso como una fiera al decir que yo era un mentiroso y lo repitió, al menos, cuatro veces.

Entonces yo digo que no miento, que no soy ningún mentiroso, y el presidente del Senado no llamó la atención del ministro para decirle que manifestase hechos, pero no haga juicios sobre las personas, que es lo que tenía que haber hecho. Y, por otra parte, me negó la palabra, con lo cual me produjo indefensión, haciendo una interpretación arbitraria del reglamento.

Yo te puedo decir que Gregorio Peces-Barba, el diputado, que estaba allí presente, les dijo a unos senadores de UCD: "No habéis comprendido la democracia, porque la democracia es dejar que aquí se diga todo lo que se quiera decir, porque mientras aquí hable Bandrés a lo mejor allí callarán las metralletas; pero si aquí no puede hablar la gente, entonces empezarán a hablar las metralletas".»

10 agosto

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