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Aprobado el Impuesto sobre la renta de las personas físicas

El proyecto de ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, segunda etapa de la reforma fiscal prevista por el ministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez, fue aprobado ayer en el Pleno del Senado por 165 votos a favor, ninguno en contra y 29 abstenciones (senadores Vascos y Agrupación Independiente). Al obtener mayoría de dos tercios, el proyecto de ley no necesitará ser debatido en la correspondiente comisión de la Cámara alta.

El ministro de Hacienda, que se encontraba en el banco azul en compañía de los titulares de lnterior, Trabajo, Justicia y Obras Públicas, había expresado en más de una ocasión su preocupación y su interés en que, por razones de urgencia el proyecto de ley fuera aprobado directamente, es decir, sin pasar por la Comisión de Hacienda del Senado, donde podrían defenderse, y en su caso aprobarse enmiendas al texto ya aprobado por el Congreso.

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Al objeto de asegurarse el comportamiento de los senadores de su grupo parlamentario: UCD —un sector de los cuales había mostrado cierta reserva—, el ministro se reunió con ellos durante la mañana para exponer las razones de la urgencia. Los socialistas, decididos defensores del proyecto, amenazaron, por su parte con exigir una votación nominal, que pusiera al descubierto la identidad de los senadores contrarios al proyecto. En la tribuna de invitados del salón de Plenos del Senado siguieron los debates el portavoz del PSOE en el Congreso. Gregorio Peces-Barba y el presidente honorario del partido. Enrique Tierno.

Conocido el resultado de la votación, el señor Fernández Ordóñez felicitó efusivamente al portavoz de UCD en el Senado y a los senadores centristas que más se habían distinguido en la defensa del proyecto. Igualmente saludó a los representantes socialistas.

El texto del proyecto de ley fue defendido por el senador de UCD por Málaga. Francisco Villodres quien afirmó que, por prmera vez en nuestra historia, íbamos a contar con un sistema fiscal racional. «El Gobierno ha cumplido su palabra —anunció—, porque e Gobierno y UCD quieren acabar con un sistema fiscal injusto.»

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Impuesto global único

Consideró que una de las características más importantes del proyecto de ley la constituía el hecho de que establecía un impuesto global único, lo que supone además, el cumplimiento de uno de los cuerdos de la Moncloa. Señaló que el impuesto actual podía ser catalogado de analítico y dijo que por su complejidad suponía grandes dificultades para el contribuyente. «El impuesto que establece este proyecto es sintético, de gran transparencia» añadió.

El señor Villodres resaltó como una importante novedad el que a partir de ahora, los beneficios de determinadas entidades se imputen a los socios, aun cuando no se hayan repartido. «Se evitarán así —terminó— las sociedades interpuestas, que servían para la evasión de impuestos.» El único representante de Alianza Popular en el Senado. Abel Matutes, intervino para consumir un turno en contra del proyecto de ley no tanto por ser contrario a su contenido esencial como por considerar que existían algunas imperfecciones técnicas que dijo deben ser corregidas en la comisión. Dijo el señor Mautes que el proyecto gravaba dos veces el mismo concepto en relación con la posesión y venta de determinados valores, como los inmobiliarios. : señaló que esa doble imposición no iba a afectar a lo que se llamaba la oligarquia financiera, sino a las clases modestas.

El socialista Francisco Garcia-Borbolla se pronunció a favor del proyecto de ley que, afirmó, ha tardado mucho en llegar a esta Cámara, casi seis meses y acentuó la urgencia con que debía ser aprobado. Añadió que se acusaba a los socialistas de hacer política de partido o de pactar olvidando su ideología, pero que los socialistas querían ayudar a levantar un Estado democrático, «Por eso fuimos a la Moncloa y por eso estamos dispuestos a respetar lo que allí se acordó», dijo.

Señaló el señor García Borbolla que el proyecto de ley que allí se debatía no era un proyecto socialista, pero que, a su juicio, tendía a conseguir una mejor distribución de las cargas fiscales. «No aprobarlo sería defraudar al pueblo e incumplir unos acuerdos», dijo por último.

Auténtica solidaridad

Entesa deIs Catalans, a través del senador José Subirats, anunció su voto favorable y su deseo de que el proyecto de ley no pasara a la comisión correspondiente. «Los catalanes hemos oído muchas veces la palabra solidaridad en esta Cámara referida a las regiones y nacionalidades —añadió—-. Tiene que haber también solidaridad entre los distintos sectores de la población que poseen niveles de renta diversos. Eso es auténtica solidaridad también.» Por el contrario, el Grupo Sena dores Vascos expresó su intención de abstenerse, para intentar provocar la remisión del texto a la comisión. El senador Bajo Fanlo señaló que su grupo estaba de acuerdo, en líneas generales, con el provecto, pero que existían defectos técnicos. Resaltó la condición colecisladora de la Cámara alta y dijo que le parecía que los senadores tenían de si mismos una pobre concepción. «¿Por qué suponer que los senadores vamos a estropear el proyecto en lugar de mejorarlo?» preguntó.

Entre las imperfecciones que según el señor Bajo deberian ser corregidas resaltó el que estuviera sujeta a impuesto la indemnización que recibe un trabajador por la pérdida de su puesto de empleo. «Sin embargo están exentos los premios literarios o científicos, por ejemplo, explicó. Se mostró también contrario a la regulación de la publicación de las listas de Hacienda dijo que en todo caso, se debían publicar también las bases imponibles de los contribuyentes.

De nuevo hizo uso de la palabra el senador centrista señor Villodres para disipar las dudas del señor Bajo y afirmar que el Ministerio de Hacienda fue autorizado hace años a publicar las listas, pero que no lo hizo porque el ministro de turno se inventó que eran propiedad intelectual, es decir, que no podían ser reproducidas. «Resultaba que las listas de Hacienda eran una obra del intelecto», dijo.

Algunas imperfecciones

En representación del Grupo de Progresistas y Socialistas Independientes habló Juan López Martos que anunció la postura favorable de sus compañeros, aunque estimaban que existían imperfecciones técnicas. Entre estas imperfecciones enumeró el hecho de que se obligara a hacer declaración a personas que por sus ingresos deberán hacerla siempre negativa, con lo que se registraría un enorme volumen de declaraciones, difíciles de estudiar y manejar.

Por último intervino la senadora Gloria Begué de la Agrupación Independiente para solicitar que el proyecto de ley fuera remitido a la comisión para su estudio detallado, «Nadie pone en duda la necesidad de una reforma fiscal, sin la que no es posible que el Estado cumpla su función —explicó—. Nuestro grupo comparte las bases sobre las que se asienta esta reforma pero consideramos improcedente el sistema que se está siguiendo para su aprobación.» La señora Begué señaló que existían considerables deficiencias que el Senado no debía ignorar tales como la falta de precisión en la utilización de términos técnicos o la falta de coherencia entre el texto del proyecto de ley del impuesto sobre la renta de las personas físicas y el del proyecto de ley del impuesto sobre sociedades.

La intervención de la senadora de designación real fue acogida con aplausos por sus compañeros de grupo y por un sector de los senadores centristas, quienes, pese a este hecho, votaron después favorablemente al provecto presentado por el Gobierno.

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