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Oleada de peticiones de asilo político tras las condenas dos los disidentes soviéticos

Un tribunal militar condenó ayer a A. N. Filaitov a la pena de muerte, acusado de traición. Un tribunal civil impuso, asimismo, la pena de trece años de privación de libertad a Shcharansky, culpable «de alta traición en forma de espionaje y de ayuda a un Estado extranjero».

Pocas horas antes de conocerse las sentencias, cuatro hermanos, hijos de padres soviéticos, nacidos en Venezuela, pedían asilo político en la embajada venezolana en Moscú. Coincidía esta petición con la noticia difundida en los medios de prensa extranjeros de que otro soviético había pedido asilo político en la embajada de Francia. Estas situaciones tienen precedente en otros siete soviéticos, «adventistas del séptimo día», que llevan dieciocho días refugiados en los locales del consulado norteamericano de esta capital.La agencia Tass fue la primera en anunciar que el tribunal que juzgaba a Filatov le había condenado a la «pena de muerte por fusilamiento, como medida excepcional». A renglón seguido, la agencia soviética añadía: «el público congregado en la sala acogió la sentencia del tribunal con muestras de aprobación ». El juicio contra Filatov se inició el mismo día en que se abrieron los procesos contra los tres disidentes soviéticos.

El fiscal del proceso contra Filatov, acusado de estar al servicio del espionaje extranjero, aludió «a las criminales acciones de las fuerzas reaccionarías de los Estados imperialistas» y manifestó que consideraba completamente probado el delito de Filatov.

Por su parte, el defensor, según la agencia oficial soviética, reconoció que «Filatov se convirtió en traidor de la patria, no por consideraciones ideológicas» y solicitó del tribunal que tomase en cuenta el sincero arrepentimiento de su defendido y «su contribución al descubrimiento total del delito».

El tribunal reconoció culpable a Filatov «de alta traición en forma de espionaje y contrabando».

Proceso Shcharansky

En cuanto al término del proceso contra Shcharansky, la in formación oficlal indicó que «en el cutso de las diligenciasjudiciales se estableció por completo su culpa bilidad respecto a todos los puntos de las acusaciones que se le presentan».

La sentencia señaló que Shcharansky «cometió delitos especial mente peligrosos contra el Estado, que merecen el más. severo castigo», si bien se muestra magnánimo, y teniendo en cuanta su edad y que carece de intecedentes penales, e tribunal le condena a trece años de privación de libertad, los tres primeros en la cárcel y «el plazo restante en colonia de redención por el trabajo».

Leonid Scharansky, hermano de Anatoly, contó las incidencias de la sesión final del proceso y las últimas palabras pronunciadas por el disidente ante el tribunal.

Rodeacio por unas doscientas personas congregadas a la puerta del Juzgado de Proletarsky, que aguardaban con ernoción el veredicto contra Shcharansky, Leonid abrazó a su madre, Ida Milgrom de 72 años que no pudo asistir al proceso, y repitió la declaración hecha por su hermano:

«Me siento feliz por haber conocido. gracias a mi actividad, a hombres como Andrel Sajarov, Yuri Orlov y Alexander Guinsburg. que son el honor de la inteligencia rusa. A mi mujer, Avital, y a mi pueblo el pueblo judío, puedo convocarles desde aquí: el año que viene. en Jerusalén.»

Piden asilo

Sin poder explicar aún qué relación tienen estos procesos con diversos sucesos ocurridos estos días sobre petición de asilo en varias embajadas, lo cierto es que hoy se ha sabido que desde hace 48 horas, al parecer, un ciudadano soviético ha solicitado, en la embajada de Francia, protección. Puestos en contacto con los diplomáticos franceses, éstos han mantenido un absoluto mutismo y no han afírmado ni desmentido la noticia. «No tengo nada que decir», informó a EL PAIS, en la mañana de ayer, el primer secretario Francois Gendraus.

La embajada de Venezuela fue más explícita y reconoció que cuatro hermanos, hijos de padres soviéticos, nacidos en Venezuela, pidieron asilo político en la embajada venezolana. Los muchachos, tres hombres y una mujer, cuyas edades oscilan entre los veinte y los veintiseis anos, vinieron a la URSS en 1964, acompañados de su madre, y han manifestado su deseo de regresar a Venezuela desde hace años. El tema parece que está en estudio. ya que las autoridades soviéficas los consideran ciudadanos de la URSS, mientras la legislación venezolana determina que, por su nacimiento, son venezolanos.

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