La felicidad de crear

Todo lo que la expresión plástica puede aportar al niño en la formación de su personalidad es analizado en este libro desde la experiencia práctica del taller artístico que Adriana Bisquert tiene montado en Madrid. Los espacios ideales, los materiales precisos, hasta el número óptimo de niños necesario para que se establezca una corriente de comunicación e intercambio de experiencias entre ellos, son datos que la autora dirige fundamentalmente a los maestros.«El niño que ha sentido por él mismo el goce de la creación como participación en su cultura, aquel que se ha cultivado en ese quehacer, es un niño mucho más seguro de sí y más capaz de comunicarse con los suyos.» Desde esta perspectiva, Adriana Bisquert aborda todos los aspectos inherentes a este trabajo creativo que desarrolla en el pequeño toda una serie de cualidades que transformando una generación repercutirán inexorablemente en la sociedad entera.

La capacidad de observación, el desarrollo de la memoria visual y la afectiva son aportaciones que ofrece la actividad artística, siempre que al niño se le de una total libertad a la hora de escoger los temas o de recrear aquellos que se le sugieren. Más allá de las interpretaciones vulgares de los tests que todavía se usan en algunas escuelas y que analizan el número de detalles que un alumno es capaz de retener de un objeto que se le muestra, como datos inequívocos de su nivel intelectual, la autora de este libro, se detiene a analizar la capacidad si ncrética del pequeño, esa simultaneidad que se produce entre el análisi de lo que ve y la síntesis que hace de ello a la hora de expresarlo, siendo una y otra una simbiosis difícil de considerar aisladamente.