_
_
_
_

La planta del tabaco, alimento del futuro

Mientras arrecian en todo el mundo las campañas antitabaco y proliferan informes médicos sobre las graves consecuencias del hábito de fumar, científicos norteamericanos buscan nuevas y sorprendentes utilidades a la planta del tabaco. Incluso se asegura que, dado su alto contenido proteínico, el tabaco puede ser en el futuro muy importante para la alimentación humana y para el tratamiento de ciertas enfermedades.

Dentro de quince o veinte años, el tabaco será uno de los principales productos agrícolas del mundo, y podrá contribuir decisivamente a resolver el problema del hambre, señala un informe elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Nutrición de Culver City, California, que fue presentado recientemente por el senador Jesse Helms ante el Congreso norteamericano.Representante del estado de Carolina del Norte, uno de los mayores productores de tabaco, el senador Helms criticó el hecho de que la Administración Carter emprenda una enérgica campaña contra el tabaco en vez de buscar soluciones alternativas que eviten la bancarrota de la industria tabaquera. Como un ejemplo de estas soluciones, Helms resumió ante el Senado los estudios efectuados por los doctores Wildman y Ershoff.

La hoja verde de la planta del tabaco contiene una importante concentración de proteínas, que pueden ser extraídas a bajo coste y que podrían servir para la alimentación humana, explica el doctor Ershoff, director del citado instituto californiano. Además, esta utilización de la planta del tabaco permitiría recolectar dos cosechas al año y también el seguir empleando las hojas secas para fabricar cigarrillos, con la ventaja de que éstos tendrían menos elementos tóxicos.

Según estudios realizados por el doctor Wildman, de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), la hoja verde del tabaco permite obtener una proteína cristalizada, soluble en agua, que no contiene sodio ni potasio, por lo que sería de gran utilidad en la alimentación de enfermos del corazón, riñón o hígado.

Otra serie de proteínas obtenibles también del tabaco y fácilmente solubles en agua tienen la virtud de ser inodoras, incoloras e insípidas, lo que permitiría añadirlas a ciertos alimentos con el fin de aumentar su poder nutritivo. Por ejemplo, apunta el doctor Wildman, podrían utilizarse en los sustitutivos de la leche que toman muchos niños en las zonas depauperadas del planeta.

Por último, la hoja verde del tabaco permite la obtención de una tercera proteína, esta no soluble, que podría añadirse a derivados de cereales, como la harina, para aumentar también su riqueza alimenticia. Los residuos de las hojas, una vez extraídas las proteínas citadas, tienen un aspecto similar al tabaco seco y sirven para la fabricación de cigarrillos, añade el doctor Wildman.

Con el rápido incremento de la población mundial, continúa el informe científico, se hace necesario encontrar nuevas fuentes de proteínas para el consumo humano si se quiere evitar la desnutrición. Las proteínas contenidas en las hojas de las plantas son las más abundantes, pero muy pocas de ellas pueden utilizarse directamente para la alimentación humana. La hoja del tabaco posee altas concentraciones de la llamada F-I-P (fracción uno proteína) y puede extraerse en forma cristalina.

Esta proteína está compuesta completamente de aminoácidos, sin que contenga hidratos de carbono, pigmentos, minerales, pirinas o pirimidinas, prosigue el informe, que resalta que estas características la hacen especialmente útil para incorporar a la dieta de enfermos de riñón, por ejemplo, a los que podría reducir la frecuencia de la hemodiálisis. El documento se extiende en otras complejas explicaciones médicas y bioquímicas.

Una vez destinado a la alimentación humana, el tabaco se cosecharía a las seis semanas de plantado, con las hojas aún verdes, y podría realizarse una segunda recolección de las mismas plantas dos semanas después. Por otra parte, el tabaco como planta indirectamente alimenticia permitiría también una mayor utilización del terreno, colocando las plantas más juntas que en las actuales plantaciones.

En vez de emplear veintitrés millones de dólares este año en pagar anuncios contra el hábito de fumar, sugiere el senador Helms, el Gobierno norteamericano podría apoyar económicamente estas investigaciones sobre los usos alternativos del tabaco, lo que supondría una cierta seguridad para los cultivadores de la planta y, es de suponer, un buen número de votos para Helms, que se presentará a la reelección.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_