_
_
_
_

Un homenaje al rigor científico, más allá de las ideologías

«Yo trabajaba con el profesor Moles en química orgánica cuando comenzó la contienda civil española. Nos tuvimos que, exiliar. Considero que esto es un acto que hace muchos años que tenía que haberse llevado a cabo. Pero más vale tarde que nunca.» Estas palabras expresadas a EL PAIS por Augusto Pérez de Vitoria, durante el homenaje celebrado el miércoles en honor de los pioneros de la física y la química en España, los creadores del Instituto Nacional de Física y Química, resumen el reconocimiento de méritos a todos aquellos que trabajaron por el desarrollo del método y el rigor científico en un país que tantas veces en su historia del último siglo parece empeñado en mantener el predominio de la irracionalidad y la violencia, no precisamente científicas. Quien así habla es un físico exiliado, un republicano español que había arrancado una salva de aplausos poco tiempo antes, con ocasión de su intervención en el acto, al decir «tengo que rendir homenaje al 50 % de los investigadores españoles», refiriéndose a quienes tuvieron que interrumpir el trabajo creador en su patria a consecuencia de «la sublevación militar».Entre los asistentes al acto y quienes aplaudían, científicos españoles de los más diversos signos ideológicos. Allí estaba el hijo del jefe del Gobierno de la República, Francisco Giral, la esposa de Miguel Catalán, Jimena Menéndez Pidal e «incluso -según aseguró una agencia- don Antonio Prieto, un auxiliar de investigación, soplador de vidrio, gracias al cual fue posible realizar muchos de los aparatos que necesitaban las Investigaciones del instituto». Y fue, precisamente, el personal auxiliar de investigación quien se ganó otra ovación cuando se aludió a quienes soportan las investigaciones más célebres y brillantes con su trabajo callado de cada día, sin brillo ni gloria alguna, preparando las probetas o disponiendo los reostataos.

Más información
Miguel Angel Catalán, investigador del espectro de magnesio

Un acto simbólico

La España oficial de 1978 también estaba presente en el acto. Iñigo Cavero, ministro de Educación y Ciencia del Gobierno, asistió sereno y silencioso, mientras los republicanos españoles aplaudían a sus científicos. « Esto es extraordinariamente emotivo y cargado de simbolismo, diría el ministro, añadiendo que aquellos que tanto hicieron por la ciencia española deben aparecer como «un ejemplo permanente de lo que debe ser el espíritu de este instituto y de todo el consejo superior de investigaciones científicas. Para mí la ciencia no tiene colores y debe estar presidida únicamente por el rigor, el servicio y la búsqueda».

«He querido que mi primera visita al CSIC sea con esta ocasión -añadiría posteriormente el ministro de Educación y Ciencia, mientras se procedió al descubrimiento de la placa homenaje a los pioneros de la física y la química españolas- porque esto supone la superación en el ámbito de la ciencia de cualquier forma de confrontación ideológica. Me da alegría ver a tantos creadores de ciencia y es muy de lamentar que todo este bagaje quedara marginado. Yo no tuve más que el honor de conocer a Julio Palacios.»

«Si en nuestra Constitución -concluyó Iñigo Cavero- se habla de la libertad de cátedra, debiera hablarse también de la libertad de investigación y creación científica, porque la ciencia no tiene colores. Sólo tiene exigencia de rigor.»

Diversas posturas

Es, precisamente, esa exigencia de rigor científico lo que ha unido en un acto de homenaje a un ministro de Educación y Ciencia con personas representativas de las reivindicaciones republicanas españolas. Porque los científicos que constituyen el motivo de este homenaje demostraron estar por encima de la «confrontación ideológica». Unos lo demostraron marchándose, otros sufriendo los tribunales de represión interior. Unos terceros, resignándose a un discreto exilio en su propio país, un exilio para el desarrollo y el éxito profesional. Y otros lo demostraron con su adaptación, más o menos consentida o deseada, a la nueva situación. Esa fue la postura de quienes también se adhirieron al homenaje desde una: trayectoria científica y profesional que nunca tuvo problemas especiales con la España franquista salvo el conseguir mayores dotaciones presupuestarias, siempre insuficientes, para los trabajos de investigación. Carlos Brú, hoy decano de la facultad de Ciencias Físicas, y Carlos Sánchez del Río, presidente del CSIC, personificaron esta actitud que también se adhirió al homenaje a los fundadores de la fisica y la química españolas.

Porque unos y otros, científicos en el exilio o en el interior, demostraron y demuestran con su actitud, hecha realidad cotidiana, que lo importante en el quehacer científico no es identificar con aquello que se cree -ideología- o se supone -prejuicio-, sino en lo que se constata, creer sólo en lo que empíricamente demuestran los hechos cada día en el laboratorio, en el más diverso de los laboratorios, desde el que atiende a la experimentación termodinámica o electroinagnética, hasta el que intenta entender la realidad de la convivencia española. Los hechos constatados, único maestro de la actividad científica, exigen la disciplinada actitud de quien, más allá de las ideologías o predisposiciones, sólo está dispuesto a reconocer lo que está sucediendo en el universo material o humano, los hechos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_