El Senado norteamericano condiciona las relaciones con Cuba

El Senado norteamericano aprobó ayer una enmienda en la que se pide a la Administración Carter que «congele» sus ya frágiles relaciones diplomáticas con Cuba hasta que el régimen de Fidel Castro retire sus tropas de Africa.Aprobada por 53 votos a favor y 29 en contra, la enmienda sobre Cuba se presentó al Pleno del Senado de forma inesperada y cuando aquél se había reunido para votar una provisión de fondos para el Departamento de Estado por valor de casi 2.000 millones de dólares.

La adjudicación de estos fondos supone una importante victoria para el Gobierno de Jimmy Carter, ya que el Senado rechazó una propuesta que hubiera dado mayor poder al Congreso a la hora de tomar decisiones en política exterior. Carter se quejó, recientemente, de que las exigencias de control por el poder legislativo le «ataban las manos».

La enmienda, aprobada por un sorprendente margen de votos, expresa la preocupación del Senado norteamericano por la situación en Africa y hace una llamada al Gobierno para que endurezca sus contactos con Cuba como protesta por la presencia militar cubana en varios países del continente africano.

El "deshielo" de las relaciones entre Washington y La Habana comenzó el año pasado, cuando llegó al poder la Administración Carter, y alcanzó su cenit con el intercambio de «secciones de interés» a nivel consular entre los dos países el pasado mes de septiembre.

Sin embargo, la decisiva ayuda de los cubanos al ejército etíope en la guerra del Ogaden contra Somalia y los constantes rumores de que efectivos militares cubanos entrenan o apoyan a distintos grupos guerrilleros en Africa fueron enrareciendo las relaciones en los últimos meses. A raíz de la invasión de Shaba por los ex gendarmes katangueños se produjo un nuevo deterioro, cuando el presidente. Carter y su consejero, Zbingniew Brzezinski, acusaron a Fidel Castro de compartir la responsabilidad de la invasión.

La enmienda aprobada ayer debe pasar ahora a una sesión conjunta de las dos Cámaras del Congreso. Pero en la práctica no se cree que la recomendación del poder ejecutivo influya en las débiles relaciones que mantienen Cuba y Estados Unidos, aunque deja al presidente Carter con libertad de acción para tomar represalias diplomáticas contra La Habana en caso de nuevos incidentes en Africa.