España vota contra la representación obrera de Chile en la OIT
En una actitud sin precedentes de nuestro Gobierno ante los organismos internacionales de Naciones Unidas el embajador de España ante la Organización Internacional del Trabajo, Manuel Jiménez de Parga, votó ayer favorablemente una resolución que impugnaba la autenticidad de representantes de los trabajadores chilenos a la delegación laboral enviada por el régimen militar de ese país y que encabeza el ex minero y actual funcionario del Gobierno del general Pinochet, Guillermo Medina.
Sin embargo, el otro delegado gubernamental español con derecho a voto se retiró de la sala en los instantes de la votación. Se trata de Antonio Cano Santallana, subdirector general de Asuntos Sociales de Trabajo.Junto al Gobierno español votaron los Gobiernos de México, Venezuela, Dinamarca, Noruega, Austria y otros, a los que se sumaron las delegaciones de trabajadores de todos los países del mundo, produciéndose una gran abstención de las delegaciones de empleadores, incluida la española, que preside, por la CEOE, Vicente Castellanos.
El resultado final fue de 185 votos a favor de impugnación de los poderes de los enviados de la Junta Militar, ningún voto en contra y 169 abstenciones. La impugnación no fue aprobada, dado que el complejo reglamento de la OIT exigía un quórum de 238 sufragios.
Joe Morris, de la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres), presidente del grupo de trabajadores de la OIT y, del consejo de administración, pidió la palabra y afirmó ante la asamblea plenaria que «para el mundo quedaba claro que la no aceptación de la delegación de Pinochet, en un país -sostuvo- en que día a día se conoce de nuevas violaciones de los derechos humanos, era una obligación moral de la comunidad internacional. Este resultado no permite acceder al criterio, al sentimiento y a la conciencia de los aquí presentes, en razón, tan sólo, de las reglas del quórum».
Asimismo, Morris pidió a las delegaciones de trabajadores de los 136 países allí representados que abandonaran la sala en señal de protesta, lo que causó una salida masiva de delegados y obligó al presidente de la asamblea a suspender la sesión.
Finalmente, cabe destacar que desde el golpe de Estado en Chile en 1973, el anterior y el actual Gobierno español siempre se habían abstenido en las resoluciones condenatorias al régimen de Pinochet, incluidas las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en donde desde hace cuatro años se viene condenando al régimen de Chile por aplastante mayoría de votos.
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