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Discriminación de las culturas hispánicas en Estados Unidos

Coloquios de la Asociación Hispano-Norteamericana

La Asociación Cultural Hispano-Norteamericana (Achna) celebró el pasado fin de semana en El Escorial su seminario anual, que en esta edición estuvo dedicado a Las culturas hispánicas en Estados Unidos. A través de seis ponencias, más profesorales que críticas, y varias horas de coloquio se puso de relieve la complejidad de la presencia de lo hispánico en la sociedad norteamericana, así como su situación actual de minoría discriminada. Unas setenta personas, entre socios y especialistas invitados, participaron en estos Colquios de El Escorial, patrocinados por la embajada de Estados Unidos y la Comisión Fulbright.La Achna, constituida en 1954, se formó a partir de los primeros grupos; de becarios españoles que realizaron estudios en Estados Unidos a partir de 1946 y la rama española de la International House Association, formada en 195 1. Es una asociación de ámbito nacional, «independiente y totalmente aséptica de cualquier vinculación comercial o política-». A partir de 1969 se desarrollan los Coloquios de El Escorial, sobre temas monográficos de actualidad. La asociación tiene su sede en Madrid en el Instituto Internacional.

Como introducción histórica al tema de las culturas hispánicas en Estados Unidos, Carmelo Saenz de Santa María, colaborador del Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, hizo una síntesis de las distintas expedicione de conquista y penetraciones pacíficas por tierras americanas. Situó las circunstancias y resultados de los viajes de Ponce de León, Pánfilo de Narváez, Cabeza de Vaca, Hernando de Soto, Menéndez de Avilés, Vázquez de Coronado, etcétera, hasta llegar a las primeras fundaciones estables y las misiones californianas.

Los chicanos

El profesor Richard Romo, de la Universidad de San Diego (California), en el bloque de dos ponencias sobre la coexistencia de lo hispánico en Estados Unidos, se refirió a los chicanos del Oeste en el presente siglo, con los antecedentes históricos del mundo hispano- mexicano, y el avance, hacia el Norte, de la frontera lingüística del español.

En opinión del profesor Romo, existe una «reconquista nueva» del mundo de habla hispana, con un gran aumento de su población en las ciudades norteamericanas. En Los Angeles hay dos millones de mexicanos. Consideró que dentro de diez años, en Estados Unidos, el pueblo hispano será mayor que el pueblo negro. Se refirió también al término «chicano» (derivado de «mexicano»), que ya aparece en «corridos» de los años veinte. A través de diapositivas, mostró varios aspectos de tradiciones chicanas, el movimiento de Chaves y la labor que desarrolla el Teatro Campesino.

Minoría étnica discriminada

Alfredo Jiménez Núñez, profesor de Antropología de la Universidad de Sevilla, señaló en su ponencia el caso singular del componente hispánico en las aportaciones a Estados Unidos del continente europeo anteriores en siglos a la presencia de Francia e Inglaterra. Al considerar que la influencia hispánica en Estados Unidos emana de más de veinte naciones, señaló la necesidad de desarrollar una antropologia de la cultura hispánica que tenga en cuenta las variables de raza, lengua, religión, emigración y niveles socio-económicos de las poblaciones, con una perspectiva desde la sociedad dominante. «Es necesario decir que toda la problemática planteada por la presencia hispánica es más política, social y económica que cultural.»

Al trazar una tipología en lo hispánico, el profesor Jiménez Núñez sistematizó una serie de situaciones: los descendientes directos de los conquistadores, ya desaparecidos; los mexicanos cuyos ascendientes llegaron a Estados Unidos a finales del XIX; los mexicanos de ingreso reciente, instalados en zonas agrícolas y grandes ciudades; portorriqueños que pueden establecerse legalmente en cualquier sitio, situados sobre todo en Nueva York en número superior a otras minorías; y la población procedente de distintos países iberoamericanos, entre la que figuran los cubanos, a raíz de la revolución castrista, instalados sobre todo en Miami y Florida.

Como características que antropológicamente definen a la población de habla española en Estados Unidos señaló: población mestiza; procedencia de ambientes rurales, que en su asentamiento e integración sufre un doble proceso: el cambio de la cultura hispánica a lo anglosajón y de lo rural a lo urbano; familias numerosas y unidas, falta de flexibilidad para el cambio y de especialización en el ámbito urbano que se derivan del mundo campesino; religión católica, más nominal que efectiva, en un país mayoritariamente protestante. Como consecuencia de estas características, el porcentaje de fracaso en el proceso de integración cultural es muy alto, con una secuela de trastornos psicosomáticos y sociales. «La población hispana tiene una pobre imagen de sí misma -añadió el profesor Jiménez Núñez- Los norteamericanos tienen hacia el hispanohablante una serie de prejuicios raciales, culturales, sociales y morales. La población hispana constituye una minoría étnica fuertemente discriminada y su poder de influencia cultural es mínimo.»

La población hispanohablante tiende a aumentar en el futuro. La solidaridad de todos los hispanos en la defensa de sus intereses puede ser un factor decisivo en su integración. «El destino de toda minoría étnica y aculturizada es adaptarse a la sociedad nacional y esta incorporación no debe suponer un rechazo a la propia cultura.» En el coloquio posterior a esta ponencia se suscitó el tema del bilinguismo, con un intercambio de programas y experiencias entre los participantes. Según investigadores norteamericanos, el español es el con mayor capacidad de supervivencia en los grupos emigrantes. El sociólogo Juan Francisco Marsal, de la Universidad Autónoma de Barcelona, señaló que la defensa de este grupo minoritario se encuentra en la organización de los pueblos dependientes frente al poder dominante de Estados Unidos.

Legislación, literatura y arquitectura

El segundo bloque de ponencias estuvo dedicado a algunas influencias concretas de lo hispánico en Estados Unidos, concretamente en los campos del derecho, la literatura y el arte. La aportación jurídica española fue desarrollada por Donald Cutter, profesor de la Universidad de Nuevo México, quien destacó la tradición hispánica a través de México, los derechos de gentes y los tratados de adquisición de terrenos. En su ponencia se refirió a Nuevo México, único estado bilingüe, que se proyecta en la legislación, así como la herencia hispánica que se puede rastrear en el código de beneficios de minas, la propiedad de bienes raíces, derechos de aguas de los indios, la protección de la mujer y la ley de ganadería.

Al no poder asistir el profesor Claudio Guillén, de la Universidad de San Diego (California), la ponencia sobre literatura estuvo a cargo de Antonio Blanch, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, quien se refirió a los viajeros, estudiosos y novelistas norteamericanos en los dos últimos siglos. El «viaje a España» significó un tópico romántico desde la guerra de la Independencia. El profesor Blanch comentó una serie de libros de cronistas y viajeros, así como las investigaciones de eruditos e historiadores. La influencia en los novelistas tiene su origen en Cervantes y la picaresca. Como huellas profundas se refirió a los casos de Irwing y Hemingway, en las distintas imágenes de una España romántica y mítica.

El profesor Norman Neuerburg, de la Universidad de California (Los Angeles), comentó sobre diapositivas la influencia de lo hispánico en la arquitectura, que se manifiesta en las distintas construcciones, en una mezcla sucesiva de estilos de la arquitectura española y mexicana. Situó el revival de las colonias a partir de 1915, con la exposición de San Diego, con un cambio del estilo español en los años de «la gran depresión», que ha vuelto a aparecer en la arquitectura actual.

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