Las novias de Franco
Siguen saliendo novias de Franco. Como siguen saliendo imitadoras de Marilyn o enamoradas de Valentino. Eso quiere decir que Franco está más vivo de lo que parece, y muchas de las gentes que le han comprado a Vizcaíno Casas Y al tercer año resucitó, en la reciente Feria del Libro, lo han hecho con la esperanza de que fuese verdad. Que hay más franquismo en el país que hace un año es una cosa que vengo yo diciendo desde hace un año, o sea, que hay más franquismo que hace dos años, ¿o no?El invierno pasado, en Barcelona, me decía Antonio Asensio, ese genio del periodismo suicida:
-Y para Navidades vamos a sacar el gran reportaje, en exclusiva, que nadie ha hecho: la primera novia de Franco, con todas las postales de la época que él la escribía desde Africa.
Y lo sacó. Durante los populares cuarenta años, yo he oído indefectiblemente a mis mayores de la política y la literatura, bien fueran de la derecha o de la izquierda:
-Yo, que he tomado café con García Lorca ...
-Yo, que he tomado café con José Antonio ...
Como decía Ruano, no parecía sino que Lorca y José Antonio no hubieran hecho otra cosa en su vida que tomar café. Cada uno de ellos había tomado café con media España, de creer a los cafeteros. Cuando yo hice mi libro de Lorca, la gente me paraba por la calle para contarme que ellos -un buen señor de gris, una pobre señora de luto- habían tomado con Federico, no sólo café, sino copa y puro.
Bueno, pues ahora parece que todas las señoras de edad y de orden han sido novias de Franco. María de los Angeles Barcón rompe el silencio esta semana, y doña Pilar Franco apostilla, que es lo suyo:
-No me extraña que el Caudillo le hiciera la corte.
O Franco era un faldero, con lo cual nos engañó a todos (también en eso) o todas las señoras de derechas estaban enamoradas de él y les sale ahora el desahogo, con la democracia y la menopausia.
Pero, por favor, que no, que no salgan más novias de Franco, que no quiero verlo, porque eso sí que se puede cargar el mito, la esfinge, el misterio, la leyenda, la cosa. Lo que tiene que hacer la marquesa/ duquesa es rebañar todas las primeras novias de Franco que queden por la pequeña, mediana y alta burguesía española, y llevárselas a todas a Suiza para que le hagan con ellas un perchero, en recuerdo de papá.
Franco era Franco, Franco era así, de una pieza, y no podemos ahora bajarle del caballo -un hombre a caballo siempre simboliza la patria- para ponerle a bailar en los bailes de tenientillos con todas las señoritas sepia y cursis de la época. Se habla ya de que el próximo 18 de julio va a ser agresivo e incluso sangriento. Si los franquistas tuviesen imaginación, organizarian un gran concentración de primeras novias de Franco en el Bernabéu, trayéndolas de provincias en autocares, con un refrigerio y un capellán por autocar, para los rosarios, como antes traían productores, maragatos y lagarteranas a la demostración sindical.
Hay como un desaire para doña Carmen en sacarla ahora todos los trapos sucios de todas las novias que no se lavan los trapos desde entonces, porque los besó el Caudillo, pero pensemos también que ella fue la elegida o la que eligió, según otros hermeneutas. Para mí, el fondo patético y sociológico de esta profusión de primeras novias de Franco -vamos camino de la novia sexagenaria de Franco cada mes-, no revela sino que toda la pequeña y media burguesía española estaba enamorada de Franco, que Franco, como he pensado siempre, es una consecuencia, un corolario de la mentalidad nacionalcatólica, que Franco fue una creación colectiva. Ya se lo dice Günter Grass a Rosa María Pereda:-El nazismo nació de las clases medias y se asentaba en ellas.
Decía el cuplé de mi tía que «el soldadito no la contesta cuando le escribe cartas de amor y está muy triste la pobrecita porque sospecha que se murió». No la contestaba porque estaba preparando el Glorioso Alzamiento Nacional.
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