"La tentación canovista", libro de apuntes parlamentarios de Víctor Márquez Reviriego
La tentación canovista del periodista Víctor Márquez Reviriego, redactor jefe de la revista Triunfo, es uno de los primeros libros de apuntes parlamentarios que aparece en la nueva situación española. Acaba de ser publicado por la editorial Saltés. Aparte de las crónicas de los sucesos parlamentarios más significativos de la historia reciente de España, el libro recoge un índice onomástico, una novedad esencial que va introduciéndose sistemáticamente en la edición española que el lector de esta clase de libros agradece.Víctor Márquez cree que el suyo es un libro imparcial. «Al menos ha intentado huir de la parcialidad. Lo que no puedo decir es que sea un libro objetivo. Es, no lo niego, tremendamente subjetivo y personal. Y ahí residirá acaso su interés.»
En la tentación canovista hay sentido del humor. Para Víctor Márquez, «una buena crónica debe tener primero información, hasta cuando se inventa. En el libro va una crónica inventada. La Constitución violada, donde es verdad (sacado de los periódicos) o por lo menos verosímil. Después debe añadirse, según el caso, humor, historia, análisis. Y siempre, por encima de todo, hay que ser ameno. Bastante castigado está el sufrido lector para que vaya uno a flagelarle con rollos».
El título del libro proviene de la primera crónica parlamentaria publicada por su autor en Triunfo. «En ella yo apuntaba la posibilidad de un bipartidismo en España. La apuntaba para rechazarla. Luego se ha llegado al pacto de la Moncloa y a la política del consenso y se ha conseguido lo que Fernández de la Mora llamó "bipartidismo resultante" y lo que Tierno Galván denominó el "bipartidismo imperfecto". Estamos, más o menos, en un "canovismo de bolsillo".
Víctor Márquez estima que «éste no es el Parlamento ideal, pero es el que salió de las urnas y hay que aceptarlo. Creo que la gente está un poco cansada y decepcionada acaso porque esperaba demasiado de las cámaras elegidas. El Parlamento no es un ungüento amarillo que resuelva todos los problemas, sino el sitio donde éstos se ponen de manifiesto».
Los prologuistas del libro son dos portavoces parlamentarios significados: Pérez Llorca, de Unión de Centro Democrático, y Alfonso Guerra, del Partido Socialista Obrero Español. «Ambos tenían la ventaja de representar a los dos partidos mayoritarios y ser al mismo tiempo parlamentarios muy discutidos. Además, hay otra razón que puede parecer peregrina: yo soy de Huelva y ellos son de Sevilla y Cádiz. Así formamos el triángulo tartésico.»
