España entregó a la CEE los cuestionarios para el dictamen sobre la adhesión

Las conversaciones hispano-comunitarias destinadas a la recopilación de datos sobre la candidatura de España a la CEE concluyeron ayer en Madrid su primera fase. La delegación española entregó a los funcionarios de la CEE las respuestas a los veintidós cuestionarios que le fueron presentados por la Comisión Europea, como sistema de recopilación informativa sobre la realidad política, social y económica española con vistas a la elaboración del dictamen que la Comisión debe concluir sobre la candidatura española para primeros de 1979.

A mediados de julio próximo se celebrará en Bruselas una nueva ronda informativa que deberá dar por cerrado este período de recopilación de datos y dar paso a la elaboración del dictamen propiamente dicho, que la Comisión debe elevar al Consejo de Ministros, muy probablemente, en la primavera de 1979.

A lo largo de dos días, delegaciones de España y de las Comunidades, presididas por el ministro encargado de Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo, y por el director general de la Comisión, Roland de Kergolay, han celebrado varias sesiones en las que España explicó y entregó a los funcionarios de la CEE las respuestas a los cuestionarios que les fueron presentados meses atrás. Unos cuestionarios altamente técnicos que la Administración hispana ha rellenado con urgencia y bastante precisión, aunque algunos temas, como sistema fiscal, seguros, pesca, finanzas públicas y gravámenes interiores, quedaron pendientes de ser completados por parte española.

En julio, y una vez estudiada en Bruselas la voluminosa información -miles de folios que la delegación española ha encuadernado en un superior esfuerzo administrativo y económico-, una y otra parte se volverán a reunir para completar datos y aclarar las dudas que tengan los eurócratas, a la vista de la información facilitada.

Dictamen y acuerdo de 1970

Para después del verano, se espera que la Comisión Europea inicie la elaboración de su dictamen sobre la candidatura de España. En la urgencia de dicho trabajo está muy interesado el ministro Calvo Sotelo quien habría declarado a los comunitarios su deseo de que este trabajo pueda concluir incluso antes de que la Constitución española quede sancionada con el referéndum nacional, respaldando así la política y los esfuerzos del Gobierno del presidente Suárez.

El time in comunitario parece, por el contrario, que irá a ritmo inferior al deseado por la parte española, como lo confirma la idea de que la propia Comisión prevé que el dictamen podrá estar acabado para los primeros meses del año próximo. Asimismo, la parte comunitaria quiere aprovechar el interés hispano para forzar el ritmo de su deseada adaptación del acuerdo comercial preferencial de 1970, en favor de las exportaciones industriales comunitarias con destino a España que, a juicio de la CEE, se encuentran desequilibradas. En este apartado se renueva una y otra vez la vieja polémica sobre el equilibrio o desequilibrio del acuerdo de 1970 que, en definitiva, ofrece a España un saldo más que negativo en su balanza comercial con la CEE. De todas maneras, Calvo Sotelo ha declarado que está dispuesto a la revisión del viejo contrato y a reequilibrar sus aspectos industriales, pero siempre y cuando se le dé a España un tratamiento no discriminatorio en el ámbito agrícola, frente al resto de las naciones mediterráneas.

Sin embargo, la reforma de la política agrícola de la CEE no parece permitir nuevas concesiones comunitarias en el sector agrario por lo que el desbloqueo de este acuerdo se presenta difícil, sobre todo para España que volverá a sufrir presiones desde Bruselas.