Calatraveño y Sánchez Puerto, víctimas de una encerrona
Dos toreros., uno veterano, el vuelta ya, y otro recién doctorado, han sido víctimas, nuevas víctimas, de una encerrona. Calatraveño y Sánchez Pueirto se han tenido que medir a un ganado muy serio, prácticamente ilidiable. Mientras la señorita torera Maribel Atiénzar, toreaba unos abecerrados novillitos a modo, entre el pavor general.Calatraveño recogió muy bien al primero, con unas verónicas valentonas y media muy personal Con el toro muy quedado en tablas empezó la faena de muleta. Sacó con pases de tirón al toro de los medios, y tuvo el error de cortar la faena, para cambiar de muleta. El segundo suyo estaba cojo y se defendía con peligro, acentuado por el sentido del bicho. Con la muleta sufrió una tremenda colada, de la que salió con la taleguilla rota y afortunadamente ileso.
Plaza de Carabanchel
Cuatro toros de El Torreón: bien presentados, bastos de tipo, mansos y sin fuerzas; tercero y cuarto cojos, todos imposibles en la muleta. Un novillo de La Jarilla y otro de El Torreón (para la señorita torera), de aspecto abecerrado y nobles.Calatraveño: ovación y saludos. Palmas. Sánchez Puerto: silencio. Ovación y saludos. Maribel Atiénzar: oreja. Palmas. Bien en la brega y banderillas Martín Recio, de la cuadrilla de Sánchez Puerto.
Sánchez Puerto ha superado la tarde a base de oficio, ¡qué poco toreros llegan a la alternativa con oficio! A su primero lo recibió con una larga cambiada de rodillas, pero donde hubo esencia fue en dos medias verónicas, liado el toro a la cintura. El toro tampoco andaba y el manchego, en tenaz porfía logró sacar unos templados derechazos. Con el cuarto, tamblén cojo, toreó muy bien con el capote. Realizó una faena un poco larga con temple y gusto.
El primer becerro de Maribel, de El Torreón, era tan chico y flojo que el público protestó la salida de los picadores; el presidente, con buen criterio, le devolvió a los corrales. En el sobrero, de La Jarilla vimos que sigue sin saber maneja el capote., y su habilidad con la muleta. Con el último, poco picado y con genio, no pudo.