La viuda de Moro contradice al jefe del Gobierno italiano
La viuda del presidente de la Democracia Cristiana y ex primer ministro italiano Aldo Moro contradijo ayer la declaración del primer ministro, Giulio Andreotti, ante el Senado, en el sentido de que Moro no había solicitado protección adicíonal poco antes de ser secuestrado por las Brigadas Rojas.
La viuda de Moro afirmó que la solicitud de su marido para que le fuese proporcionado un automóvil.blindado había sido rechazada por las autoridades por falta de fondos. Por su parte, el secretario del Partido Socialista, Bettino Craxi, declaró que la policía le ha informado de que existen pruebas de que terroristas latinoamericanos v alemanes colaboraron con las Brigadas Rojas en el secuestro de Moro.El presidente del Gobierno, Andreotti, dando unjuicio global acerca del comportamiento gubernamental y de la dirección democristíana en el caso Moro pronunció estas palabras ante el Senado: «¿Hubo negligencias?» Y respondió categóricamente: «No.» Pero antes de veinticuatro horas le llegó la, respuesta de la viuda de Moro con esta declara ción: «No puedo dejar de preci sar una circunstancia que conozco personalmente. Después de mucha insistencia, mi marido me aseguró que había pedido un coche blindado para él y para su escolta, pero le respondieron que su petición no podía ser escucha da por falta de fondos.»
Los socialistas siguen acusando al Gobierno de no haber hecho todo lo posible para salvar la vida de Moro, y sobre todo piden que se profundice bien toda esta cuestión «porque no es clara». El mismo Craxi dijo ayer a todo el comité central del partido, reunido en Roma: «Es indispensable llegar a conocer la verdad, toda la verdad»; algunos comentaristas tienen la impresión de que los socialistas poseen una información secreta en relación a lo quese ha llamado el «complot Moro ».
Según el diario La Repubblica de ayer, algunos amigos de Moro y su mismo hijo Giovanni, el más politizado, estarían a punto de dejar la D,C: para pasarse al Partido Socialista de Craxi.
Otra cosa que no se expilcan los socialistas, a los cuales se han unido ayer los socialdemócratas, comunistas y republicanos, es por qué Andreotti deja sin ministro del Interior al país en un momento tan grave.
Parece ser que Andreotti quiere nombrarlo a la vuelta. de su viaje de Estados Unidos (saldrá el 29 para volver el día 5). Pero ante las presiones de las demás fuerzas políticas, ayer tuvo una con versación de una hora con Zaccagnini y después con toda la dirección democristiana sobre el tema.
Mientras tanto, el 11 de junio los italianos votarán dos referéndum para suprimir la ley Reale, acerca del orden público, y la ley que pide la subvención de los partidos por parte del Estado.
No existe mucho entusiasmo por estos dos plebiscitos nacionales. Los partidos de la mayoría anunciaron ayer que votarán en contra por dos motivos: la ley Reale condena claramente la violencia fascista, y la subvención pública a, los partidos es importante para evitar escándalos de corrupción. La nueva ley prohíbe categóricamente que los partidos puedan iecibir dinero por otros medios.
El pun to más discutido es la ley Reale, porque en su momento habían votado en contracomunistas y socialistas, considerando que daba demasiadas prerrogativas a la policía. Por eso Lombardi, de la izquierda del PSI, pidió ayer en el comité central del partido que se dejara libertad de conciencia a los socialistas para votar a favor de la supresión
Autocrítica comunista
Todos los secretarios regionales y provinciales del Partido Comunista analizaron los resultados de las últimas elecciones administrativas, en las cuales los comunistas, por primera vez después de muchos años, perdieron muchos votos. La reunión fue a puerta cerrada. Voces recogidas en los pasillos de las oficinas centrales del partido, en la calle Bottegue Oscure, afirman que el debate fue muy vivo: que la base hizo una dura autocrítica y que manifestó el temor que el PCI esté alejándose de algunos estratos de la sociedad que no acaban de comprender cómo el partido pudo conciliar su papel de oposición y al mismo tiempo de apoyo a un Gobierno en el cual no participan directamente.
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