Revistas fantasmas

Entre los proyectos del Ministerio de Cultura, desde la toma de posesión de Pío Cabanillas, estaban una serie de publicaciones que sustituirían a las ya existentes y que habían sido encargadas por el dimitido director general de Difusión Cultural. a nuevos equipos de intelectuales. Hace ya un par de meses que se terminó de imprimir Poesía, un auténtico modelo de lo que el diseño ajustado, la selección rigurosa de materiales y el buen gusto del director, Gonzalo Armero, pueden conseguir. Una especie de no va más, absolutamente insólito en los mundos de la cultura oficial, que cuenta con la colaboración gráfica, bellísima, de los pintores de vanguardia españoles, y con la de los grandes valores de nuestra poesía. Pues bien, esta publicación, ejemplar en más de un sentido, no ha sido distribuida y, por otra parte, no parece tener grandes seguridades de continuidad.La que, en cambio, parece que va a continuar tal cual es La Estafeta Literaria, en la que el vacío dejado por el director hace ya meses, y precedido por ciertos escándalos del reducido mundillo literario, ha entrado en uno de esos sumideros en que se para el tiempo. Por otra parte, los esfuerzos del partido gubernamental parece que van a dirigirse mucho más a favorecer iniciativas culturales privadas, seguramente mucho más ¡mportantes y activas: por ejemplo, la anunciada Taller de Cultura, que dirige Leopoldo Azancot, pertrechado en un equipo plural y serio.

También aparecerá en breve, para la Feria del Libro, Hiperión, revista de creación que pretende recoger la obra múltiple de la generacíón que no conoció, ni en la infancia, la guerra civil y que abarca, bajo la dirección de Jesús Munárriz y con un equipo redaccional absolutamente fiable, todos los campos de la creación. Más restringída, y parece que con un espíritu de combate por una estética nueva, se anuncia para octubre La Moneda de Hierro, una revista de poesía que contará en su staff con los poetas de la nueva generación.