La República surafricana ha recibido garantías occidentales sobre Namibia
El movimiento de liberación de Namibia (SWAPO) responderá con una contrapropuesta a la aceptación, por parte del régimen surafricano, del plan occidental para la independencia, este mismo año, del territorio ilegalmente ocupado por la República surafricana. La respuesta del movimiento guerrillero puede ser condicionada por la detención, ayer en Windhoek, de tres de sus dirigentes, al amparo de la legislación de emergencia proclamada la semana pasada por el administrador surafricano del territorio.
En una declaración especial ante el Parlamento de Ciudad del Cabo, el primer ministro, John Vorster, dijo que su Gobierno acepta el proyecto del grupo mediador occidental (Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Canadá), después de haber «recibido seguridades» sobre los siguientes puntos clave: no habrá reducción de los 20.000 soldados del régimen surafricano en Namibia hasta que no se haya producido un alto el fuego por parte guerrillera; la actual policía surafricana continuará en sus funciones durante el período de transición; el status del puerto de la Bahía de Walvis, que reclama la SWAPO, no será negociado como parte del plan independentista.La aceptación inicial surafricana del plan occidental contrasta con el rechazo, por parte del régimen de Rodesia, de la renovada iniciativa anglo-norteamericana para llevar a una conferencia a lan Smith y a los jefes guerrilleros del Frente Patriótico. Ni Londres ni Washington, sin embargo, consideraban ayer la declaración del consejo ejecutivo rodesiano como un rechazo frontal de sus propuestas, sino más bien como último intento de que unas futuras negociaciones arranquen de lo que ha pactado ya Ian Smith con los líderes nacionalistas moderados.
Las potencias patrocinadoras del plan para Namibia intentan convencer ahora a la Organización del Pueblo del Suroeste Africano (SWAPO) de que no hay otra alternativa viable para el desarrollo de unas elecciones libres y la independencia del territorio. Aunque Sam Mujoma, líder de la SWAPO, dijo ayer en las Naciones Unidas que la posición de los guerrilleros no ha variado, la fracción del movimiento que reside en Namibia presiona en favor de un arreglo negociado que conduzca a unas elecciones generales supervisadas por la ONU.
Garantía de «los cinco»
El régimen del señor Vorster, que ha recibido garantías de que las propuestas de los «cinco» no serán renegociadas, admite ahora la presencia en Namibia de tropas de las Naciones Unidas para supervisar el alto el fuego y las elecciones a una asamblea constituyente. Durante el período previo a su independencia, el territorio sería dirigido por el actual administrador surafricano, con el que cooperaría un representante especial de la ONU.La satisfacción con que las potencias occidentales han recibido el anuncio del primer ministro surafricano no oculta el hecho de que, en su formulación actual, la SWAPO no aceptará las aparentes concesiones surafricanas. Fuentes londinenses próximas al movimiento de liberación explicaron ayer que el Gobierno de Pretoria, una vez exhibida ante la opinión internacional su voluntad negociadora, contaría con este rechazo para intentar llevar adelante un «arreglo interno» de corte rodesiano, que le asegure el control indirecto de un territorio que considera vital, económica y estratégicamente.
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