El Senado norteamericano limita el espionaje electrónico
El Senado norteamericano aprobó ayer una ley destinada a controlar las actividades de los servicios secretos, por la que se prohiben las escuchas telefónicas, la colocación de micrófonos ocultos y cualquier otra modalidad de espionaje electrónico sin una orden judicial previa.
La nueva legislación, que necesita aún la aprobación de la Cámara de Representantes y la ratificación por el presidente Carter para entrar en vigor, es el resultado de diez años de deliberaciones en el Congreso sobre la forma de garantizar los derechos civiles de los ciudadanos frente a los abusos de los servicios de contraespionaje que alegan razones de seguridad nacional para justificar sus actuaciones ilegales.Según la nueva ley, los servicios secretos tendrán que solicitar permiso a uno de los siete jueces federales que serán designados al efecto para poder emplear sistemas de vigilancia electrónica contra sospechosos de desarrollar actividades que pongan en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos. El período de tiempo a aplicar esta vigilancia será asimismo determinado por el juez y dependerá de que el «blanco» a espiar sea ciudadano estadounidense o extranjero.
El Senado pretende, a través de esta legislación, controlar los poderes del poder ejecutivo en materia de espionaje electrónico, después del «escándalo Watergate», en el que se colocaron micrófonos en la sede del Partido Demócrata, y de los abusos descubiertos recientemente en las investigaciones sobre la FBI, la CIA y otras agencias de espionaje y contraespionaje.
Sin embargo, la nueva ley podría perder gran parte de su eficacia si el Tribunal Supremo decide que el presidente y el ministro de Justicia pueden ordenar vigilancia electrónica en casos especiales, sin que medie la intervención de un juez federal. Jimmy Carter ordenó recientemente la utilización de escuchas telefónicas, filmaciones y colocación de micrófonos contra dos sospechosos de espionaje a favor de Vietnam del Norte.
El Senado aprobó por aplastante mayoría (95 votos a favor y sólo uno en contra) la nueva ley, en un momento en que se han iniciado acciones judiciales contra agentes de la FBI por los abusos cometidos en la persecución de un grupo político izquierdista. Estos procesos provocaron, el pasado jueves, una manifestación de casi un millar de agentes de la FBI en el centro de Washington.
Mientras tanto, el director de la CIA, Stansfield Turner, declaraba ante un comité del Congreso que los embajadores norteamericanos están bien informados de las actividades de la CIA en los países ante los que están acreditados, pero que no necesitan «conocer todos los detalles». Turner justificó su afirmación diciendo que no es que la CIA desconfíe de los embajadores, sino que las posibilidades de una filtración aumentan, en proporción geométrica, según el número de personas que conocen un secreto.
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