Los conciertos económicos y juntas generales, objetivos del Consejo General vasco

Justamente dos meses después de su constitución, el Consejo General del País Vasco elaboró ayer en la Diputación de Álava una extensa declaración programática que en uno de sus apartados, incluye un llamamiento a la pacificación de Euskadi, al cese de la violencia y que todos los sectores de la población contribuyan a construir un país en el que los ciudadanos, sin discriminación de ningún tipo, puedan vivir en paz y en libertad.

El organismo preautonómico vasco entiende que se han abierto a partir del 15 de junio los cauces necesarios para que el pueblo, combinando la actividad parlamentaria de sus representantes con las formas de expresión de las reivindicaciones ciudadanas, pueda ser el protagonista del cambio y de la construcción de la democracia. En consecuencia, llama a todos los sectores populares para que se incorporen a la actividad política democrática.La extensa declaración se inicia con un pronunciamiento de fe democrática a partir del proceso electoral del 15 de junio, y termina con un saludo a todos los pueblos de España, con los que el Consejo General del País Vasco se encuentra solidariamente unido en la esperanza de que la libertad, la justicia y la fraternidad constituyan el mejor vínculo entre todos ellos.

Tras una referencia al proceso de abolición foral, iniciado el 25 de octubre de 1839 y culminado con el decreto de guerra del 23 de junio de 1937, se muestra la esperanza en el proceso democratizador actual, que puede conducir al reconocimiento de la personalidad histórica del pueblo vasco y al ejercicio de su derecho al autogobierno. De hecho se manifiesta que el régimen de preautonomía ha significado por vez primera desde 1839 el reconocimiento del derecho que tienen Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya a dotarse, si así lo decidieran, de instituciones propias, privativas y comunes, y a constituir un órgano común de gobierno.

A pesar de que el Consejo General nace con unas facultades limitadas que en absoluto constituyen una situación autonómica plena, este organismo se impone, asimismo, como tarea urgente la consecución de una autonomía fiscal que garantice debidamente las facultades políticas del poder autonómico vasco. Para ello, «el Consejo reclamará la restitución de los conciertos económicos para Guipúzcoa y Vizcaya, como expresión de nuestro derecho en materia fiscal». Esta frase fue la que atascó ayer tarde, durante varias horas, las deliberaciones del Consejo, ya que las fuerzas nacionalistas trataban de definir los conciertos económicos como «una potestad originaria» del pueblo vasco. expresión que al final fue modificada por la que figura.

El Consejo se impone asimismo, como labor inmediata, la restitución de las juntas generales, en cuya configuración habrá que conjugar el principio tradicional de representación por ayuntamientos con otros criterios de proporcionalidad. La declaración programática invita a las comisiones mixtas creadas por el decreto preautonómico a que aceleren al máximo sus trabajos principalmente en lo referente a conciertos económicos y juntas generales, así como en la transferencia de competencias.

La cooficialidad del idioma, objetivo prioritario

El Consejo General declara también que en el ámbito cultural recibe la herencia de la sistemática persecución de que han sido objeto el euskera, la cultura del pueblo vasco y las instituciones que pudieran haberla desarrollado. En este sentido, espera que la cooficialidad del euskera y el castellano sea pronto una realidad, de modo que pueda ser difundido en todos los centros docentes del país.

En el orden político se señala que las libertades de Euskadi pasan por el afianzamiento de la democracia, lo que exige que la Constitución responda a los principios generalmente reconocidos como democráticos y establezca una estructura del Estado que haga posible el más amplio autogobierno para las nacionalidades y regiones. Se señala a este respecto que la autonomía de Euskadi no puede ser inferior a la ya conseguida en el pasado. En este mismo terreno, el Consejo observa con preocupación la insostenible situación a que están llegando muchos municipios del País Vasco y reitera su voluntad de que se acelere al máximo el debate constitucional para lograr en el plazo más breve posible la convocatoria de elecciones municipales.

Tal vez el capítulo más extenso de la declaración programática esté dedicado a la crisis económica, que afecta muy concretamente a Euskadi, ya que su estructura productiva se apoya de forma especial en los sectores más fuertemente afectados por la crisis económica a nivel internacional.

Aunque carece de facultades concretas que le permitan abordar una reestructuración económica del País Vasco, el Consejo General entiende que es preciso abordar una total reordenación de la economía vasca. Hasta tanto el organismo preautonómico no tenga facultades en este terreno y se le dote de los necesarios medios financieros, se pide al Gobierno que adopte medidas específicas que tiendan a paliar la crisis de los sectores siderúrgico, naval y pesquero.

La integración de Navarra

El Consejo entiende que para salir de la crisis actual es necesario también que el sector empresarial y financiero del País Vasco recobre la confianza en la normalización del proceso político de Euskadi. Esto requiere que desaparezcan las causas extraeconómicas que hacen imposible un clima de seguridad entre la clase empresarial. En esta primera declaración política, el Consejo General del País Vasco deja también constancia de su confianza en que muy pronto sea realidad la libre y voluntaria incorporación de Navarra a este Consejo, decisión que ha quedado aplazada hasta después de las elecciones municipales. También llama al Gobierno español a que legalice a todos los partidos políticos que dentro de un amplio criterio de aceptación democrática tengan unos fines compatibles con la democracia.