La gran derecha
El señor Carro Martínez resucitó a la vida política, con los mismos cuerpos y almas que tenía, cuando el debate en el Congreso sobre lo del Sahara, que estuvo jurisperito y clerical, como un jesuita confesándose con un socialista de suéter, en rarísimo sacramento. Aunque él era el hipotético reo, se notaba que era el que absolvía y, después de no decir nada ni contar sus pecados, les puso tres padrenuestros a los psoes. Ahora ya no hay quien le pare.Es lo malo de galvanizar cadáveres y sacar la momia de la pirámide. Que luego la momia ya no quiere volver a la pirámide. Quiere seguir de paseo. Fuera ya de la pirámide tardofranquista, que pierde su cúspide en las brumas del Guadarrama, como el Valle de los Caídos, el señor Carro se ha llegado hasta Lugo y allí ha dicho, bien oiréis lo que dirá:
-Desconfío de las posibilidades de Areilza y Osorio.
El señor de las vendas se refiere a la gran derecha así llamada. A Areilza -que se pasea desde Santurce a Bilbao con el quepis de De Gaulle encima de la boina vasca-, debe encontrarle Carro un poco masón. En cuanto a Osorio, le aconseja que no se aleje de UCD, porque ya se van los pastores a Extremadura y se queda la sierra triste y oscura, triste y oscura.
Cuando lo del Sahara, ya digo, yo me iba todas las tardes al Congreso, si es que hablaba el señor Carro, porque me gustaba oírle no decir nada o decir blasfemias históricas con esa su dulce voz de rezar por todos nosotros. La conclusión que saqué, ya digo, es que a los socialistas, aunque le daban un poco de asco, los había perdonado. No sé si llegó a darles la absolución en el bar.
Ahora dice que de allí no se sacó nada en limpio:
-Lo que dijimos sólo servirá para hacer tesis doctorales.
Claro. Lo que no dijimos habría servido para llevar a alguien a la comisaría de Atocha, que es la que queda cerca del Congreso.
Este señor es diputado de Alianza Popular por Lugo. Dice que Alianza Popular es franquista y UCD es antifranquista, pero que puede haber un entendimiento porque ambos partidos son antimarxistas. ¿Y Lenin, qué? Sobre Lenin no ha dicho nada el señor Carro. A lo mejor él, hombre, podría darle unos consejos a Lenin sobre si tiene o no tiene que estar en el PCE, o sea con carnet, igual que se los ha dado a Osorio, que es o era el Lenin de UCD: la ortodoxia frente al desviacionismo izquierdista y rojo de Suárez.
-Le voy a preguntar a Fraga, hombre, o sea cuando pase por aquí por esta esquina -dice el parado-, que a veces pasa luciendo la capa española, ahora en primavera, si él es franquista como dice el señor Carro.
-A lo mejor se cabrea.
-O se baja del caballo y me da media capa, como San Martín al mendigo.
-Pruebe a ver.
Alianza es franquista, dice el señor Carro. ¿Franquista de las medallas de Franco que se lleva la marquesa-duquesa a Suiza o de las que todavía no se ha llevado? Porque hay que precisar conceptos, señor Carro. Yo creo que el enunciado es justamente al revés: Alianza no es franquista, porque Fraga ya no quiere vender franquismo, y UCD, en cambio, sí que lo es, a juzgar por el discurso de Suárez al Congreso. Fernando Onega no es más que la última reencarnación grafómana de Franco.
-O sea que el señor Carro no da una -se hurga la nariz el parado.
-Tenga usted en cuenta que está recién salido de la pirámide e interpreta la realidad en jeroglífico.
Fraga -y por lo tanto Carro- quiere ser él la gran derecha, sumándose al derechismo del Gobierno. La operación parecía descartada, pero a lo mejor resulta que no, por lo que dice Carro. Y, a pesar de Carro.
