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Duro ataque británico a la intervención soviético-cubana en Africa

En un discurso claramente dirigido a prevenir el desplazamiento de soviéticos y cubanos hacia Rodesia, el ministro británico de Asuntos Exteriores ha atacado con una dureza inusual la presencia de Moscú y La Habana en el «cuerno de Africa», que calificó como el «más serio peligro que amenaza hoy la paz mundial».

El tono de las palabras del señor Owen provocó la retirada del embajador etíope del acto en que fueron pronunciadas, una cena con políticos y empresarios, y ayer por la tarde la embajada de Addis Abeba en Londres no descartaba una ruptura de relaciones.El representante soviético en la capital británica ha dirigido un mensaje de protesta al secretario del Foreign Office, mientras que su homólogo cubano ha solicitado una urgente entrevista con el señor Owen para «precisar los hechos» señalados por el ministro británico, cuya inesperada intervención se considera en los medios políticos e informativos londinenses como un claro signo de endurecimiento en la actitud del Gobierno inglés hacia la URSS.

Owen acusó a Moscú de llevar adelante en el «cuerno de Africa» una política exterior carente de todo principio ético y comparó la intervención de las tropas soviético-cubanas en aquel continente con la de las bandas armadas de la Edad Media, «operando indiscriminadamente al servicio de los barones feudales». Añadió que Eritrea es un asunto interno etíope y que la actitud soviético-cubana hacia el problema había pasado de un apoyo decidido a los independentistas eritreos, en años pasados, a combatirles actualmente junto a las tropas etíopes. «Sin las armas soviéticas los somalíes nunca habrían podido invadir el Ogaden», dijo Owen.

El representante etíope en Londres, señor Wolde-Giorgis, ha manifestado que su país considera las declaraciones del jefe de la diplomacia británica como un «ataque a su dignidad nacional». En una declaración pública emitida al mediodía, la embajada de Addis Abeba acusa al señor Owen de tratar la cuestión eritrea «como si fuera una guerra de liberación nacional, como lo es la de Rodesia» y reivindica el derecho etíope a solicitar ayuda de la Unión Soviética y Cuba.

El inesperado speech del señor Owen, que ha sido bien recibido en Washington, coincide, y no por casualidad, con la llegada de un enviado británico a Zambia para intentar un compromiso de alto el fuego con los guerrilleros del Frente Patriótico que luchan contra el régimen rodesiano de lan Smith y los nacionalistas moderados. A las noticias de un incremento de la actividad guerrillera se une la de un inminente viaje a Africa del secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, para poner más carne en el asador de la aguda situación rodesiana. Washington y Londres, como su altavoz a este lado del mar, intentan por todos los medios evitar la apertura frontal de un conflicto que, de terciar en él directamente soviéticos y cubanos, podría complicar gravísimamente las relaciones Este-Oeste, sobre las que ahora mismo planea la sombra de la temida bomba de neutrones.

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