El Gobierno de Londres, dispuesto a negociar con el Consejo Ejecutivo rodesiano
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico está dispuesto a negociar los asuntos de Rodesia con el nuevo Consejo Ejecutivo que ha asumido la dirección del país, y del que forman parte el primer ministro lan Smith y los tres jefes nacionalistas moderados, aunque lo considera técnicamente ilegal. El Foreign Office, decidido a jugar a toda costa la carta del pragmatismo en su ex territorio, juzgará al máximo organismo rodesiano, que pone fin formalmente a noventa años de poder blanco, por los resultados que pueda obtener durante el período de transición que intenta conducir.
Los primeros indicios, sin embargo, no son precisamente esperanzadores. lan Smith, que continua como primer ministro, ha transferido todas las responsabilidades militares a un comité restringido de cinco miembros, integrado por los jefes del ejército, la aviación, la policía y el secretario del interior y que preside el comandante en jefe de operaciones combinadas, teniente general Peter Walls. Esto quiere decir que serán los militares blancos quienes dirigirán exclusivamente la lucha contra las guerrillas nacionalistas, uno de los aspectos clave para la supervivencia del nuevo régimen y que se sustrae con esta medida al control de los políticos nacionalistas moderados.En su primera reunión, durante algo más de una hora, el Consejo Ejecutivo rodesiano decidió que la semana entrante quedará corristituido un gabinete con dieciocho carteras ministeriales, cada una de las cuales será compartida por un blanco y un negro. El cambio de régimen se consumó en una breve ceremonia, presidida por un dignatario de la iglesia rodesiana, en la que el obispo Muzorewa, el reverendo Sithole y el jefe tribal Chirau, elevados ya a rango ministerial, prometieron lealtad al Gobierno de transición. A partir de ahora, los cuatro dirigentes del país se turnarán mensualmente en la presidencia del órgano supremo del poder político, cuyas funciones terminarán el 31 de diciembre.
Ignorando aparentemente los acontecimientos de Salisbury, el embajador norteamericano en la ONU, Andrew Young, que efectúa una nueva gira diplomática por el sur de Africa, ha declarado en la capital de Tanzania que en los próximos treinta días estará puesto a punto, por iniciativa de Washington, un plan de acción sobre las condiciones de aceptación internacional de los acuerdos rodesianos. El señor Young ha asegurado al presidente tanzano, Julius Nyerere, cuyo país apoya decididamente a las guerrillas del Frente Patriótico, que Estados Unidos sigue considerando las propuestas del plan angloamericano como la mejor base posible para una solución de la cuestión rodesiana.
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