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El pintor Eduardo Sanz acusa de plagio a los creativos de una agencia de publicidad

La directiva de la Asociación Española de Artistas Plásticos ofreció ayer, lunes, una rueda de prensa para hacer público un caso espectacular: el supuesto plagio realizado por la multinacional de las relaciones públicas y las campañas publicitarias J. Walter Thompson contra el pintor Eduardo Sanz. En la asociación, y a la vista de los periodistas, se exhibían un ejemplar del poster impreso que la JWT lanzó la Navidad pasada como felicitación de Pascuas a sus clientes actuales o posibles, y el cuadro de Eduardo Sanz, del que han sido tomados el lenguaje, los colores y la utilización plástica del código de las banderas.

M. P.El propio Eduardo Sanz y los dirigentes de la Asociación de Artistas Plásticos hicieron hincapié en la desprotección del artista y la falta de respeto a la propiedad intelectual y a los derechos de autor. «Este, que es uno de los más flagrantes -dijo Eduardo Arenillas a EL PAIS-, es sólo uno de los casos de copia, falsificación y utilización contraria a los intereses de los pintores, demasiado frecuentes.Hasta el momento Eduardo Sanz, tras descubrir el plagio -«hubo algunos amigos que me preguntaron si había vendido un cuadro a la JWT, para mi sorpresa», dijo a EL PAIS-, se ha puesto en contacto con Manu Alespuru, presidente de la J. Walter Thompson y conocido coleccionista de pintura, quien, al parecer, reconoció que la idea del poster había surgido a la vista de una exposición de cuadros de Eduardo Sanz, pero que, como otras veces que se toman ideas prestadas, la JWT no puede permitirse pagarlas. EL PAIS, que intentó ponerse en contacto con el señor Alespuru para la comprobación de estos extremos, habló en su ausencia con Julián Bravo, director de la Walter Thompson en España, quien negó que hubiera plagio en el póster. «El código de banderas es universal y el propio Eduardo Sanz invita a su utilización -dijo Julián Bravo a EL PAIS-. No creo que nosotros hayamos violado ningún derecho de Eduardo Sanz ni que haya propiedad intelectual en ello.»

«No se trata -dijo Eduardo Sanz a EL PAIS- de la sola utilización de un código, sino de su uso plástico muy concreto. El lenguaje de las banderas permite muchas variantes, y yo mismo he explorado algunas. Pero ésta me pertenece, y la vista del cuadro y del poster juntos es bastante elocuente.»

Por su parte, Eduardo Arenillas, en nombre de la Asociación de Artistas Plásticos, hizo hincapié en el incumplimiento frecuente de las normas contenidas en el convenio universal sobre derechos de autor y propiedad intelectual, que fue aprobado en París y Ginebra en 1971, y a los que se añadió España el 15 de enero de 1975. Tanto la Asociación de Artistas Plásticos como el porpio Eduardo Sanz consideran que las negociaciones con la JWT continúan abiertas, y que sólo en el caso de que fuera imposible llegar a un entendimiento se iría a los tribunales.

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