Moscú recibe con grandes honores al presidente sirio

El progresivo acercamiento de la Unión Soviética a la línea anti-Sadat del llamado «frente árabe de la firmeza». culminó ayer con la llegada a Moscú del presidente de Siria, Hafez el Assad. La visita del jefe del Estado sirio ha sido precedida, en lo que va de año, de los viajes realizados a la capital soviética por dirigentes de los otros tres países firmantes de los acuerdos de Argel del mes pasado. A principios de año, en efecto, llegó a Moscú el presidente argelino Huari Bumedian.

Semanas más tarde su visita fue seguida por la del primer ministro de la República de Yemen del Sur, Alí Nasser Moahmmed, viaje que coincidió precisamente con la cumbre de Argel. Finalmente, la semana pasada pasó por la capital de la URSS el primer ministro y número dos libio, comandante Abdelsalam Jallud, que firmó importantes acuerdos de cooperación con las autoridades soviéticas.Por otra parte, se espera para el próximo mes una visita del presidente de la Organización de Liberación Palestina, Yasser Arafat, también firmante de los acuerdos adoptados el mes pasado en la capital argelina.

El presidente sirio ha sido recibido en el aeropuerto moscovita de Vakunovo con los honores que se dispensan a los mejores aliados de la URSS. Hasta el punto de que se desplazó al aeropuerto el propio secretario general del partido y presidente del presidium del Soviet Supremo, Leonidas Brejnev, quien, desde su pasada enfermedad, no prodiga sus apariciones en público.

Los honores dispensados al dirigente sirio se corresponden con la importancia que los soviéticos conceden a Siria para contrarrestar los efectos de la ofensiva diplomática iniciada por Egipto, ampliamente apoyada por Estados Unidos.

Siria es, en efecto, el único país árabe que, por su posición estratégica, su peso militar y su control casi total del Líbano, es capaz de hacer frente a un eventual acuerdo bilateral egipcio-israelí patrocinado por el Gobierno de Washington.